Un megáfono para oír las misas en el exterior de la capilla del Carmen, en As Pontes: «Es tipo autocine»

ANA F. CUBA AS PONTES / LA VOZ

CARIÑO

El párroco, muy aficionado a los sombreros, señala el megáfono del exterior de la capilla
El párroco, muy aficionado a los sombreros, señala el megáfono del exterior de la capilla CESAR TOIMIL

El párroco instaló el altavoz para la novena, pero ahora hay quien sigue sus homilías sobre temas de actualidad desde su casa o sin apearse del coche

24 jun 2024 . Actualizado a las 05:00 h.

Durante la última concentración sindical en As Pontes, en demanda de garantías de empleo para los trabajadores de las auxiliares de la térmica, en la plaza del Carmen se mezclaban los mensajes reivindicativos con la homilía del párroco. «Ese día pedí por trabajadores, empresarios y sindicatos; es muy triste, se destruye todo el tejido industrial y social y se pierde una forma de vida. Dicen que van a venir cosas, pero lo que no para de venir son malas noticias. Hace veinte años pasó en Cariño con el mar y las conserveras. Y lo triste es que la gente joven acaba yéndose», explica Juan Pablo Alonso Rolle, el cura de As Pontes.

La protesta coincidió con la misa diaria en la capilla, que se oye en el exterior a través del megáfono montado el año pasado. «Lo puse en la novena del Carmen, gustó, y ahora hay vecinos que abren la ventana de su casa para escuchar la misa o se quedan en el coche y bajan la ventanilla, tipo autocine estadounidense», describe. «La novena se celebra en la carpa de las fiestas y como eso depende del Concello y no siempre había megafonía, se decidió instalarlo», señala Javier Acosta, secretario de la Unidad Pastoral. El altavoz también sirve para contrarrestar «el sonido de la música que llega de los pubs y las terrazas, en la misa de los domingos por la tarde», añade el párroco. Cuando él no está y le sustituyen Acosta o algún seminarista en la celebración de la palabra, no activan el equipo de sonido. El sacerdote insiste en que él no ha inventado nada: «En A Terra Chá es muy habitual, en especial en las parroquias de Vilalba y Cospeito, gente que va a los entierros, sobre todo hombres, y se quedan fuera en los pórticos, y así pueden escuchar igual la misa».

Destaca «la devoción» que despierta la Virgen del Carmen en As Pontes y asegura que es «de los pocos santuarios de Galicia, sino el único, que tiene misa todos los días (a las ocho de la tarde durante el verano y a las siete en invierno), menos los sábados, que es en la iglesia parroquial porque son los aniversarios y suele juntarse mucha gente».

«Un día acabo en TikTok»

En sus homilías, de dos o tres minutos por semana y de entre diez y doce los domingos, aborda «temas de actualidad como la natalidad, los matrimonios mixtos, la emigración, las empresas...». Hay quien las graba y las comparte. «Un día acabo en TikTok», ríe. Nació en el centro de Cariño hace 44 años y aprendió a dar el sermón en el condado de Kentucky, donde estuvo como seminarista, «con los grandes predicadores norteamericanos».

«Aquellos curas saben muy bien cómo llamar la atención de la gente [...]. Aquel sistema me fue calando, esas homilías tan amenas y evolucionadas, muy fáciles de entender, semejantes a las que hacía Jesús, que hablaba de labradores, criados, reyes... parecía que contaba un cuento», comenta. «Son formas de evangelización, un sistema para que llegue el mensaje y la gente no se aburra», abunda. Reconoce que alguna de sus prédicas es controvertida: «Procuro no mojarme, porque soy cura de todos, de los de izquierdas, los de derechas y los de centro, inmigrantes, niños, mayores, empresarios... pero suelo hablar de natalidad, les digo que hay que darle una oportunidad a la vida antes de los 40, que después la pastilla azul no funciona... No pretendo que nadie se dé por aludido, más allá de motivarse. De las parejas arrimadas digo que son ‘como los tablones del garaje de mi padre', es una palabra que no me gusta nada».

Los zapatos son otro de los elementos singulares de la vestimenta de este cura, que alimenta a las gallinas y los pavos reales en el aviario montado en el cementerio antigua
Los zapatos son otro de los elementos singulares de la vestimenta de este cura, que alimenta a las gallinas y los pavos reales en el aviario montado en el cementerio antigua CESAR TOIMIL

Frente a la imagen de «cura gruñón», Alonso Rolle recurre a las performances que descubrió en Las Vegas para captar la atención. «Uso sombreros (con plumas del gallinero) y zapatos llamativos, de colores (algunos los compro en los chinos y otros son regalos de Madrid, Milán, unos amarillos de Pakistán...); un día me puse unas [botas] Jordan... Cuando predico con el inalámbrico, es una forma pedagógica y sana y sirve para acaparar la atención de los niños, los jóvenes y las familias. En la catequesis, los niños me dibujaron con zapatos grandes y sombrero con plumas. La sotana [que también utiliza] está más vista, es más de cura [...]. También uso gafas llamativas, y el Domingo de Ramos, en el concurso de palmas, me puse una chaqueta de lentejuelas, parecía Elton John», relata. Entiende que «nada de esto afecta a la vida litúrgica» e incide en que «moral y estética no van unidos».

Un aviario parroquial solidario

Antes criaba canarios y ahora, el párroco cuida las gallinas ponedoras y los pavos reales del «primer aviario parroquial solidario», que montó con ayuda en el antiguo cementerio de As Pontes «y está sostenido por Cáritas y la parroquia». Las aves se alimentan del cereal ecológico que les trae de Cospeito, «de gente conocida»; y existe un circuito de reparto de huevos «para gente necesitada y colaboradores». No se venden, pero a quienes acuden a veces con intención de comprar les regala media docena «para que los puedan probar».