Malestar vecinal en Cariño tras un mes sin poder consumir el agua del grifo

A. F. C. CARIÑO / LA VOZ

CARIÑO

Los vecinos acuden a las fuentes para llenar garrafas de agua para beber y cocinar
Los vecinos acuden a las fuentes para llenar garrafas de agua para beber y cocinar CEDIDA

La Xunta urge la aplicación de medidas correctoras y el Concello entiende que los resultados de sus analíticas demuestran que la situación ha mejorado

19 ene 2023 . Actualizado a las 18:54 h.

El día de Navidad se cumplirá un mes desde que el Concello declaró el agua del grifo «temporalmente non apta para o consumo directo» y los vecinos de las parroquias de Cariño y A Pedra siguen sin poder ingerir el agua de la traída, ni directamente, «nin sequera fervéndoa ou filtrándoa», como recalcan desde la Xunta de Galicia, lo que está generando un creciente malestar. Los resultados de las últimas analíticas encargadas por el Concello y el Gobierno autonómico no coinciden, ni los referentes al nivel de Trihalometanos (compuestos químicos volátiles que aparecen en mayor concentración cuando el agua desinfectada con cloro tiene exceso de materia orgánica) ni los relativos al níquel.

La Consellería de Sanidade asegura que el viernes remitió al Ayuntamiento tres oficios con los datos de las muestras recogidas esa misma semana por parte de Inspección de Saúde Pública. El primero confirmaba el incumplimiento del grado permitido de Trihalometanos, y los otros dos, los del níquel y los de hierro y aluminio. Precisa, no obstante, que los parámetros de hierro y aluminio «supoñen deficiencias que necesitan corrección, pero non determinan a potabilidade da auga». A diferencia de lo que sucede con los Trihalometanos y el níquel.

El Concello, en un bando emitido a última hora del viernes, informa de los datos concretos. Según la última analítica de la Xunta, realizada a partir de muestras tomadas el 19 de diciembre, el agua presenta 124 unidades de Trihalometanos, cuando la cifra de referencia son 100 y la obtenida en la segunda mitad de noviembre (la que desveló el problema), 256. Sin embargo, el gobierno local indica que los análisis que encargó a «laboratorios especializados nas pasadas datas», arrojan cifras de 64 y 83 unidades, lo que estaría por debajo del máximo permitido. Ante esta disparidad de datos, el Concello pidió nuevas pruebas en varios puntos el día 21.

Tampoco hay coincidencia en cuanto al níquel. El Concello recuerda que el 28 de noviembre la Xunta advirtió de una concentración de 33 unidades por litro de agua, «sendo de 20 unidades por litro o nivel de referencia en Galicia, desde 2003, fronte ás 70 que sinala a Organización Mundial da Saúde desde 2005». Los últimos análisis de la Xunta indican que han bajado a 28 y las efectuadas a petición del Ayuntamiento, entre 21 y 22. La Administración local encargó nuevas pruebas el día 21.

La Xunta insiste en que «é competencia do Concello adoptar as medidas correctoras pertinentes, de xeito inmediato». El gobierno local entiende, a tenor de los resultados de sus pruebas, que «as medidas correctoras están a ter un efecto positivo, se ben queda aclarar a lixeira discrepancia detectada». Las restricciones del consumo de agua se mantienen. En el último bando municipal se insiste en que «se seguirá traballando dende a sensatez, a calma e o sentido común, fuxindo de alarmismos estériles». Y se reconoce «que a situación está a requerir un esforzo de paciencia para a cidadanía, pero acadar o obxectivo ben a merece».

La Xunta entiende que el Concello «debe proporcionar auga potable aos veciños afectados», algo que, de momento, no ha ocurrido. Un afectado reconocía ayer su «indignación» por lo sucedido desde el 25 de noviembre: «Llevamos un mes sin poder usar el agua del grifo, con la gente carrexando garrafas de las tiendas y de la fuente, y al Concello ni siquiera se le ocurre repartir agua embotellada, aparte de informar poco y tarde».