«Aquí estou moi ben, aprécianme bastante», cuenta el hombre, que se queja de algunos achaques. «Da vida e o oído ando algo amolado», resume por teléfono. De lo que está bien es de las piernas, así que le gusta dar largos paseos y varios días a la semana se acerca hasta el consistorio para salir a tomar café con la alcaldesa, Sara Inés Vega. «Gústame falar con ela», dice el centenario. «Un home mozo de espírito, conversador, bailarín, alegre, lúcido, cariño, de espléndido estado físico e sensorial que se converteu nun veciño máis da vila», apunta Vega. La alcaldesa no quiso perderse la celebración, que además era especial para el centro porque fue la primera vez que uno de los residentes cumplía los 100.