En el verano de 2014, la deuda del pósito rondaba los 800.000 euros, de los que más de la mitad, unos 440.000, correspondían a Portos. El acuerdo concursal estableció una minoración del 50 %, por lo que se reducía a 220.000, cifra que ha ido incrementándose en estos años. Pardo Galdo, que era el patrón mayor durante el proceso concursal, atribuye la situación actual «a la mala gestión». «Si no hay ventas, por muy buena voluntad que tengas, no se puede hacer nada, porque hay que pagar los gastos de luz, teléfono, tasas de Portos, concesiones...», argumenta.
Desplome de la facturación
Este año, la rula cariñesa ha facturado 229.137 euros, la cifra más baja de las dos últimas décadas. En 2018 alcanzó los 2,4 millones y en 2019, 2,2, para bajar en 2020 a 557.538 euros. Javier Pita, presidente del pósito desde hace tres años, recurre a la ironía: «Hay que dar las gracias a Costas, Portos, la Consellería do Mar y el Concello. Todos fueron partícipes de que yo no haya podido hacer nada. Costas expropió la cofradía, Portos no quiso arreglar [el problema de la deuda] y la Consellería tampoco. Era muy fácil de resolver, pero si no hay voluntad... Ahora vendrán a embargarnos». Pita presentó su renuncia en julio de 2020, pero la asamblea la rechazó. «Estoy dimitiendo», reiteró ayer.