Cariño evalúa los daños causados por un mercante en varios pesqueros

ana f. cuba CARIÑO / LA VOZ

CARIÑO

I. F.

El tamaño del barco, de 140,3 metros de eslora, dificultó la maniobra de entrada

23 oct 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

En Cariño, ayer, todo el mundo hablaba del incidente vivido la noche anterior, cuando el mercante Hartura Nipoli arrastró con su ancla las amarras de dos cerqueros y de algunas lanchas de bajura fondeadas en la dársena. José Vicente González Deus, armador de los dos cerqueros afectados, esperaba a media mañana la llegada del perito para tasar los destrozos. «A simple vista son poucos danos, pero cando levas un pau, a ver o que hai por dentro [...], o mercante rebentou as amarras dos dous [una cadena se podía ver colgada del ancla del barco, atracado en el muelle comercial] e levounos de remolque coa áncora [...]. Entre o fillo, o xenro, o motorista e mais eu conseguimos traelos para aquí», contaba.

¿Qué sucedió? «Es la primera vez que ocurre en más de mil maniobras, es un barco grande [140,3 metros de eslora], con motores lentos, y para girar necesita un mínimo de empuje. Entramos despacio, incluso demasiado, y como no giraba e íbamos muy encima del espigón del muelle, decidí dar un poco de máquina para que girara. Es una máquina lenta y pesada, tarda en reaccionar y el espacio era escaso; se tiró el ancla para frenarlo y girarlo, y funcionó, pero cogió las amarras de los pesqueros», explica el práctico. Andrés Díaz Ferro quiere dejar claro que no fue un problema de velocidad: «Habitualmente entro con tres nudos y el domingo, como no giraba, nos metimos en cuatro». «Lo que me importa es que no hay grandes daños, daños estructurales, y en un par de días debería resolverse [está en manos de la aseguradora]; no se han producido daños personales ni contaminación por vertido de residuos», remarca.

El práctico señala que este año solo ha entrado otro barco de 140 metros de eslora al puerto cariñés, «y habrá dos más a lo largo de la historia»; lo habitual se sitúa en 118 o 120. El domingo, resume Díaz Ferro, «todas las circunstancias se dieron al revés, el máximo tamaño de barco que se puede meter por las condiciones actuales, con pesqueros fondeados y zonas de escaso calado».

Este puerto lidera la actividad de carga y descarga de los de titularidad autonómica. En los primeros siete meses del año se movieron 343.000 toneladas (de dunita de la mina de Landoi), un 19 % más que en el mismo período de 2017, según Portos de Galicia. El patrón mayor en funciones, Juan Carlos Pardo Galdo, cree que «debería haber un remolcador, por el volumen de carga». «Ya hubo uno pequeño, Tino, pero no era rentable», sostiene el práctico, que ya advertía en 2013 de los problemas de calado.