Árboles con historias en CabanasCampaña

CHEMA CORRAL CABANAS/ LA VOZ

CABANAS

JOSE PARDO

Unos treinta mecenas participan en una plantación colectiva en el pinar de la playa

28 abr 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

El icónico pinar de la playa de A Madalena en Cabanas suma desde ayer nada menos que 213 nuevos árboles. Es el resultado de la primera campaña de apadrinamiento impulsada por el gobierno local para reforestar este espacio emblemático del municipio. Una treintena de mecenas participaron en la primera gran plantación realizada desde el año 2010. Y es que cada nuevo ejemplar de pino y alcornoque esconde una historia.

Cerca de 150 personas respondieron a la llamada lanzada desde el Ayuntamiento a finales del pasado año, coincidiendo con el período navideño. La idea, repoblar el pinar de forma «solidaria», apelando fundamentalmente el vínculo, entre los vecinos y veraneantes de la localidad y este entorno natural que incluso figura en el escudo del municipio. Y las cifras constatan que fue todo un éxito.

Antonio Canosa, un pontés habitual desde hace décadas en la zona, fue uno de los primeros en sumarse a la iniciativa, ideada por el alcalde Germán Castrillón. Asegura que, «a modo de recuerdo», se decidió a apadrinar un árbol por cada uno de los seres queridos que había ido perdiendo en los últimos años. Un homenaje personal que lo llevó a reservar un hueco en la mañana de ayer para acercarse al pinar cabanés, a participar en esta singular plantación.

Tampoco José Botas, un hombre que veraneó durante medio siglo en el municipio y que hoy reside en el mismo, quiso perderse este día. «Me hice padrino sobre todo por mis nietos». Cuenta que, inicialmente se planteó dejarles este pequeño legado para involucrarlos en el cuidado de los ejemplares y sensibilizarlos acerca de la necesidad de preservar el medio ambiente.

Y precisamente de emociones, habla María Jesús López, una vecina de la parroquia del Porto ya veterana, al preguntarle qué la llevó a participar en la campaña. Recuerda su niñez en el pinar junto a su abuela y a su madre. Su árbol, un alcornoque, es un recuerdo para ellas y una contribución, de justicia, con un lugar al que asocia muchos buenos momentos.

«Hace años que deberían haberlo hecho porque el pinar está muy despoblado. Y la playa sin pinar pierde su encanto», sostiene. Una opinión que comparten Lucía y José Manuel, que están al frente del chiringuito Los Pinares, situado en este entorno, y que no han dudado en poner su granito de arena en esta causa.

«Hemos hecho poco con lo que este lugar significa para nosotros» concluye María Jesús López. Con todo, gracias a su aportación, nada menos que 42 euros, el pinar de A Magdalena tiene hoy más vida, más futuro. Su nombre, y el de los otros 143 mecenas, figurarán desde este verano en una placa junto a la zona. Además, cada árbol llevará un número de manera que en el futuro ellos y sus descendientes puedan implicarse en su cuidado.

Un exultante Castrillón, aseguraba sentirse «agradecido y motivado para seguir en el futuro con una nueva campaña». La última gran plantación, sin duda, con menos corazón, fue realizada por Demarcación de Costas en 2010, tras los estragos causados en la comarca por la ciclogénesis explosiva Klaus.

Ahora, en vista de la excelente acogida de la iniciativa cabe esperar que haya más. De hecho, se anuncia la próxima en 2019.