Vecinos de As Somozas denuncian el mal olor de las plantas de residuos

A. F. C. AS SOMOZAS / LA VOZ

AS SOMOZAS

JOSÉ PARDO

Critican que ni la Xunta ni el Concello hayan respondido a sus escritos, en los que reclamaban soluciones

30 jun 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

Los vecinos de la parroquia de Seixas, en el municipio de As Somozas, están hartos de soportar los malos olores, «inaguantables moitos días do ano», que emanan de las plantas de tratamiento de residuos del polígono industrial. Los efectos de las emisiones se perciben en las plantaciones forestales e incluso en el monte bajo, en las huertas -«ás veces vén unha nube que deixa brancas as nabizas para o caldo»- e incluso en las personas, con picores en la piel o en los ojos, sobre todo en las de mayor edad. Y temen que afecte al río Mera y a los manantiales de agua de los que se abastecen sus viviendas y que emplean para el consumo propio y de los animales.

El problema viene de lejos, pero se agravó desde el verano de 2016, cuando a la planta de Sologas, inaugurada en abril de 2015 para el tratamientos de restos industriales, agroalimentarios o de depuradoras urbanas, llegaron 6.840 toneladas de residuos procedentes de Fandicosta, la empresa frigorífica de Domaio (Moaña) que se había incendiado el 9 de mayo, destruyendo pescado y marisco congelado. El hedor, que lo impregnaba todo, desde la ropa al cabello, rebasó la paciencia de los vecinos de Seixas, que denunciaron la situación ante la Dirección Xeral de Calidade Ambiental e Cambio Climático, de la Xunta de Galicia, y ante el Concello de As Somozas.

«Pero nin uns nin outros nos responderon», critican. El mal olor procedente de los desechos de Fandicosta persistió en el ambiente durante meses, alcanzando incluso otros municipios próximos, en función de la dirección y la intensidad del viento. «E iso non se pode tolerar con vivendas a menos de 165 metros», reiteran los damnificados. Así figuraba en las denuncias vecinales que no han encontrado respuesta.

Desde entonces, se han producido nuevos episodios que han empeorado la situación, como los incendios de material acumulado en el centro de Xiloga, firma dedicada a la valorización, almacenamiento y eliminación de residuos industriales «inertes y no peligrosos», como reza la página web de la compañía, de donde salen los conocidos tecnosuelos. «Cada vez que teñen un lume chéganos unha nubarada negra», apuntan vecinos de Seixas.

«Hai xente de aquí de toda a vida que se tivo que ir a outros municipios e algúns, cando volven, xa nos din que isto nos vai acabar botando a todos da parroquia. Hai días malos, moi malos e horribles, polo cheiro e o aire azul que vén ás veces; pero está comprobado que cando hai un enterro na igrexa de Seixas cadra cos días horribles, insoportables», ironiza un damnificado. Y se pregunta «onde están os inspectores de medio ambiente».