Juan Anillo, actor y hostelero en As Pontes: «Siempre he sido pobre pero bastante feliz, soy el amo de mi casa y de mi bar»
AS PONTES
Zaragozano de origen gallego, intérprete con 33 años de carrera y responsable del bar Sarúm Varietés, pregonará la Cita coa Historia el día 14
01 sep 2024 . Actualizado a las 05:00 h.La historia familiar de Juan Anillo Sebastián daría para una novela o para un guion de cine. Su abuela materna se marchó de jovencita a Zaragoza, donde nació él en 1967. «Era de Muras y se fue para prosperar, allí tuvo a mi madre, que tenía tres años cuando enviudó con 25. En plena posguerra, compraba unos sobres con un polvo blanco que se usaba para limpiar la plata, y cual fariña, lo cortaba con bicarbonato y de uno hacía cinco, y les ponía un caucho con un nombre. Pensó en ‘Muras', pero como aquello tenía algo de estafa, le dio la vuelta, Sarum... Tenía que darle de comer a su hija, pero a la vez se sentía fatal», relata. Aquella aventura «tan loca» es la que ha dado nombre al bar que ahora regenta en As Pontes, Sarúm Varietés, un homenaje a su abuela, que tenía 17 hermanos, y a sus raíces.
Su madre pasó largas temporadas, años enteros, en Muras, con su tía Pura, mientras su abuela «trataba de subsistir» en la capital maña, y en As Pontes se enamoró, en la fiesta de A Fraga. «Mi padre llegó aquí en el 47 con seis años porque mi abuelo (originario de Isla Cristina, en Huelva) venía a trabajar a la Calvo Sotelo, fue el primer jefe de taller de la fábrica. La casa del poblado (la primera que se habitó) aún estaba sin terminar y estuvieron ocho meses de pensión», cuenta. La pareja se mudó a Zaragoza, porque su madre no quería dejar sola a su abuela, y allí nació Juan, que acabó formando pandilla con Enrique Bunbury, Rafa Caballero o César López, El Bolas. Recuerda entre risas que cuando volvía a As Pontes, «un pipiolo medio guapo», con la maqueta de Héroe de leyenda (el primer sencillo de la banda Héroes del Silencio) bajo el brazo, «era el rey del mambo». Además de ser «el nieto de don Pedro y el sobrino del alcalde Asterio Vera».
Antes de cumplir los 18 ya pinchaba discos en el Joan, «un pub mítico de As Pontes, con Canedo»: «Una vez me fui con él a A Coruña y estuvimos seis horas comprando vinilos». Un desamor de los que parten el alma y el corazón le apartó de Zaragoza: «Estuve trabajando en Soria, en el casino del balneario de Panticosa... y cuando volví, unos años después, ya estaba haciendo teatro, y en el 91 me marché a Madrid a estudiar al taller libre de artes y espectáculos». Hasta el 97 formó parte de un grupo de cabaré, impulsado por una de sus profesoras. Luego empezó a hacer televisión, continuó formándose y se fue forjando una carrera de 33 años en los escenarios y delante de la cámara. «Hasta la pandemia, cuando estábamos en Córdoba representando El último que apague la luz, con Emma Ozores, una obra de su padre», evoca. En una función de la anterior temporada estuvo a punto de quedarse sin voz, y dejó de fumar. Resistió la tentación, solo, durante lo peor de la pandemia, y sucumbió cuando su padre enfermó: «Cuando algo te apasiona, lo das todo. Pero alguien me ofreció un cigarro y la cagué».
Los problemas de salud de sus padres se agravaron y Juan, hijo único, dejó Madrid para irse a Zaragoza a cuidarlos. El 13 de octubre se cumplirán tres años de su llegada a As Pontes, donde ha encontrado apoyo familiar de primos y tíos, e incluso de los vecinos. Pero algo más había que hacer, «por necesidad de desconectar y también de ganar dinero». Y abrió Sarúm Varietés, un local donde ocurren «cosas divertidas», como el menú, entre una cortina de lentejuelas, un cabecero de cama dorado, un chéster y sillas y mesas que poco se parecen unas a otras.
«He estado 33 años cocinándome, he tenido un restaurante en Madrid y dos cenadores en Zaragoza, y otro local cuando volví por lo de mi padre. Al principio la hostelería era por necesidad, porque no me llegaba con la interpretación; ahora me gusta. También he pintado y he trabajado en una empresa de estructuras metálicas», comenta.
En Sarúm ha montado un mini escenario donde lo mismo suena swing que un acústico de la banda local Súper F, charla con su amigo actor Eduardo Antuña o arma un show de magia con Juanjo de la Iglesia, de Caiga quien Caiga. En septiembre iniciará nueva etapa, con comidas de lunes a viernes. «Los actores hacemos lo que podemos», sentencia. En los 90 y principios de los 2000 su vida fue la televisión, en Mitomanía, con Guillermo Summers, una serie de Canal Nou o Lo + Plus, con Máximo Pradera y Fernando Schwartz, donde conoció a «personajes increíbles» como Salman Rushdie, David Copperfield o Montserrat Caballé.
«Cine es lo que menos he hecho y el teatro es lo que más me gusta», dice. En el Muñoz Seca, en Madrid, protagonizó una versión «muy Monty Phyton de La vuelta al mundo en 80 días». Luego le llamó Ozores. Desde As Pontes, en 2023 grabó la película El Comercial, que se estrena el 24 de septiembre; la serie Beguinas (mujeres del siglo XVI que vivían al margen de la iglesia y del matrimonio), para A3player; Poquita Fe, para Movistar; un anuncio de Amazon y dos cortos con Luis La Rodera e Isabel Soria.
Coproduce, con tres amigos, el festival de cine de Paco Martínez Soria. En su pueblo, rodeado de su gente, presenta el festival de teatro aficionado, participa en el entroido o el encuentro de danza, y hasta oficia bodas civiles. Y el día 14, este «amo» de su casa y de su bar que dice que «siempre» ha sido pobre, «pero bastante feliz», dará el pregón de la Cita coa Historia. «Me emocionó muchísimo, anda que no habrá gente, a ver si a alguien le va a parecer mal... estoy flipando, es un honor, muy bonito, me siento un intruso, pero es verdad que he vivido la Vila, iba con mi primo al Priorato, mis primeros vinos y mis primeros fortunas...».