M.ª Belén Pita, maestra: «Hay que sensibilizar a los alumnos para que no vean al acosador como el guay de clase»

María Belén Pita Basoa (Narón, 50 años), maestra de educación especial del CEIP A Magdalena, en As Pontes, recibió este fin de semana el premio nacional a las buenas prácticas, en la categoría de Primaria, del primer Congreso Internacional Acoso y Ciberacoso Programa TEI (tutoría entre iguales), desarrollado en Santander. Al inicio del curso 2019-2020 planteó la necesidad de «dar una respuesta educativa ante los problemas de acoso» detectados en el colegio. Entonces desconocía la existencia del programa TEI, igual que sus compañeros, pero en seguida descubrió que el Centro de Formación e Recursos (Cefore) de Ferrol incluía la tutoría entre iguales en su oferta formativa. Y se presentó voluntaria para coordinar la implantación del programa en el CEIP, convertido ya en «centro TEI».

-¿Qué es el programa TEI?

-Es un programa de prevención del acoso y el ciberacoso, que implica a toda la comunidad educativa, aunque los más activos son el alumnado y los docentes.

-¿En qué consiste?

-Primero se forman los docentes y después hay una etapa de formación, información y sensibilización del alumnado sobre la prevención del acoso. En el TEI hay dos grupos: uno de 3.º y otro de 5.º de Primaria. A los alumnos de 5.º se les forma para que sean tutores de los de 3.º. Cada alumno de 3.º va a tener un tutor de 5.º, y lo primero es tratar de crear vínculos emocionales y de amistad entre ellos, porque apenas se conocen. Que todos sepan que tú, de 3.º, tienes un compañero que va a ser tu amigo, y que si tienes un problema te va a ayudar a solucionarlo. Los niños tienden a callarse los problemas de acoso, y si lo cuentan lo hacen antes entre iguales.

-¿Qué busca la formación?

-Hay que sensibilizar a los alumnos para que no vean al acosador como el gallito o el guay de la clase, al que le ríen las gracias. Hay que desencajar ese tipo de conductas, ver que no es bueno que un niño le pegue a otro o le tire sus cosas, y que hay que decirlo en alto. El acosador pierde fuerza cuando no tiene palmeros ni adeptos, su energía se alimenta del daño ajeno y de los que lo están palmeando. No es fácil, lleva tiempo, hay que desmantelar ideas y formas de actuar.

-¿Cómo se consigue?

-Con actividades. Es un trabajo que hay que intercalar dentro de la programación curricular del centro a lo largo del curso, con cuatro sesiones específicas para 3.º y otras cuatro para 5.º. Incluyen el visionado de vídeos sobre maltrato y acoso, para que aprendan a identificarlo. Al principio ya percibes cosas en las caras de los alumnos, cómo reaccionan ante esas imágenes, y de ahí sale una puesta en común, empiezan a contar ‘ese niño me pegaba desde Infantil o me llamaba gilipollas'... Lo importante es sensibilizarlos, que se den cuenta de que eso no es bueno ni normal. Cada semana tienen un encuentro cada alumno de 3.º con su tutor de 5.º y tienen que escribir lo que han hablado. Se trata de empoderar a los alumnos tutores para que tengan una conducta ejemplar, y cuando detecten un problema de acoso no se callen. ¿Cuántos niños se han suicidado por culpa del acoso? Queremos alumnos bien formados, pero también con habilidades sociales para poder enfrentarse a situaciones como estas.

-¿Funciona?

-Sí, y por eso animo a otros centros educativos a que desarrollen el programa TEI. Y en mi centro propondré, cara al curso que viene, que se extienda también a Infantil, como ya se hace en otros.

-Los acosadores son niños...

-Sí. Y lo primero es tratar de identificar el acoso y pararlo, y después tratar al acosador, que es una víctima más. Detrás de ese tipo de comportamiento hay celos, frustraciones, falta de atención afectiva por parte de los padres...

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