«Lo peor es la incertidumbre de no saber qué va a ser de nosotros pasado mañana»

Beatriz García Couce
Beatriz Couce FERROL

AS PONTES

José Pardo

Trabajadores directos y auxiliares de la central térmica de Endesa se movilizan para pedir claridad sobre el futuro de la planta y sus empleos

18 dic 2020 . Actualizado a las 12:54 h.

Desde que en la primavera del 2019 la central térmica de Endesa en As Pontes se quedó paralizada al quedar expulsada del mercado por los altos precios de los derechos de emisión, -uno de sus costes productivos claves-, la plantilla directa y la auxiliar aguardan la decisión final de la compañía sobre el futuro de la planta. En un contexto marcado por la descarbonización de la economía, las instalaciones de la antigua villa minera son las únicas de Endesa en las que se han llevado a cabo pruebas para evaluar la posibilidad de que pueda continuar funcionando con una mezcla de mineral y biocombustibles. Esos ensayos -en los que ha participado el Ministerio de Transición Energética y la Consellería de Industria- han finalizado, aunque se desconoce por el momento el resultado oficial de los mismos. De la decisión que tome la eléctrica -cuyo consejero delegado, José Bogas, ya ha avanzado que es muy difícil que la central opere con esa mezcla- depende también que continúe adelante o no con el cierre, solicitado hace ahora un año. 

Para instar a la compañía energética y a las administraciones a que den un paso adelante y rompan la falta de información actual, tanto la plantilla directa como las de las firmas auxiliares de la térmica protagonizan esta mañana una movilización en la antigua villa minera. «Llevamos así muchísimo tiempo y lo peor es la incertidumbre de no saber qué va a ser de nosotros pasado mañana», se lamentó Miguel López, del comité de empresa de Maessa, una de las compañías con más personal en la factoría, con cerca de 60 personas. «Por ahora nadie sabe si la central va a seguir o no», añadió, en medio de una marcha con bocinazos y lemas de los trabajadores en defensa de sus puestos.

Miguel López lleva 39 años como empleado auxiliar de la central, aunque el grueso de sus compañeros de su empresa se incorporaron en el 2004. «Esta es una instalación en la que se trabaja con unos sueldos y unas condiciones decentes», incide, para manifestar su convencimiento de que, si la central cierra, los operarios auxiliares verán devaluadas esas condiciones en otras actividades o compañías. 

La protesta se inició a las diez de la mañana, con la salida de los empleados de la térmica, y está previsto que se prolongue hasta las dos de la tarde. «Se tienen que tomar resoluciones y no se toma ninguna, y cuando llegue enero nos tememos que vaya a haber una sangría», afirma López.

El próximo día 23 está previsto que el conselleiro de Economía, Francisco Conde, mantenga un encuentro con los sindicatos en As Pontes para analizar esta situación.