As Pontes se moja en el desafío de «cuidar a las cuidadoras»

María Meizoso AS PONTES / LA VOZ

AS PONTES

CEDIDA

El área de Benestar organiza, por primera vez, un curso dirigido a mujeres que atienden a dependientes

20 nov 2019 . Actualizado a las 05:00 h.

«Llevaba 21 años esperando por un curso como este. Ha sido mucho tiempo, pero por fin ha llegado». Así, sin ambages ni florituras, resume Miri Franco la necesidad imperiosa que, para cualquier cuidadora, tiene un curso como el que el pasado mes de octubre ponía en marcha el área de Benestar Social de As Pontes, con la colaboración de la Fundación Mujeres y la financiación de la Diputación. Su testimonio es similar al del resto de mujeres -15 en total- que en estas últimas semanas han asistido a una iniciativa -bautizada como Cuidadanas- que se estrenaba en As Pontes y que no ha podido dejar mejor sabor de boca. «Las sensaciones no han podido ser mejores. Nunca hasta ahora se nos había dado esta oportunidad, así que estoy muy satisfecha. El curso nos ha permitido mejorar en autoestima y en el trabajo de nuestra emociones», añade Franco. De ahí que, a punto de poner el punto y final, reclame su continuidad: «Ojalá lo pudiéramos tener todo el año porque creo que nos está ayudando mucho a todas».

Las usuarias lanzan un guante que, desde el Concello, recoge la edila Tania Pardo. «La atención a las mujeres cuidadoras de personas dependientes es algo que tiene que atenderse en un programa más extenso, durante todo el año, y vamos a trabajar en ello». Lo primero, señala, «ya ha sido materializar nuestra intención en este curso». A partir de ahora, asegura, «seguiremos esforzándonos en ello y aprovecharemos lo que salga de este taller» porque «ya nos están pidiendo más intervenciones. Ellas están súper contentas y agradecidas y para nosotros es lo más importante».

En cada una de las ocho sesiones, explica Verónica Mosquera -técnica de intervención social de la Fundación Mujeres-, las cuidadoras se han empapado de técnicas para «mejorar su autocuidado y para afrontar problemáticas como el chantaje, la gestión emocional o la culpa».

Uno de los retos, apunta la técnica, «era que se sintieran comprendidas y escuchadas» porque «son mujeres que se lo guardan todo, que no quieren cargar a nadie con lo que les pasa y eso es lo peor». Y parece que lo han conseguido porque, indica, «ahora las veo más fuertes y decididas a la hora de expresar sus opiniones».

Mujeres cuidadoras con plenos derechos que, gracias este curso, han aprendido que pueden y deben defenderlos.