Así lo confirma María José Ramos, propietaria de la tienda de ropa Vilaboy: «Una amenaza sobre el cierre del motor comercial nos cae como un jarro de agua fría. Somos totalmente dependientes y es normal que la gente se asuste. Además, es algo que suelta una sola persona a la ligera, de manera frívola, y que crea incertidumbre. Necesitamos que la población esté cómoda para que se mueva la economía local». Por su parte, Marisol Jarel, de la carnicería Elías del mercado, deja claro que «gracias a los empleados y retirados» hay gasto en la villa. «Esto nos crea mucha inseguridad», menciona Maricarmen Carballal, clienta de la pescadería.
Las opiniones, como se puede ver, coinciden entre ellas. As Pontes vive al abrigo de la central térmica de carbón y un anuncio como el de José Domínguez Abascal deja al municipio enmudecido. No obstante, además del mensaje tranquilizador de su propio alcalde, Valentín González Formoso, y del presidente de la Xunta, también salió al paso esta mañana el delegado del Gobierno en Galicia, Javier Losada: «Quiero dejarlo bien claro, As Pontes no se va a cerrar, As Pontes va a seguir abierta. Va a seguir abierta porque cumple los cometidos que marca la política energética europea y porque, además, está haciendo las obras para acomodarse a la legislación vigente».