«En As Pontes se puso una fábrica de ladrillos propia»

maría meizoso AS PONTES / LA VOZ

AS PONTES

CEDIDA

Arriaga analiza en su tesis doctoral el desarrollo urbanístico de la villa minera tras la llegada de la empresa Encaso

07 may 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

Asegura que siempre tuvo «muy claro» el tema para la realización de su tesis doctoral porque «al haber nacido en Argamasilla de Calatrava (Ciudad Real), un pueblo cerca de Puertollano, desde joven me había llamado la atención el poblado construido por la antigua Empresa Nacional Calvo Sotelo de Combustibles líquidos y lubricantes (Encaso)». Entre sus recuerdos, una sensación: «Era como algo traído de otro mundo, de ese mundo que podíamos ver en las películas norteamericanas o inglesas», rememora. Un desarrollo urbanístico singular -implantado en As Pontes, Puertollano, Escombreras, Escatrón y Andorra- que Felipe Arriaga, doctor en Historia del Arte por la Universidad de Castilla La Mancha y docente en el IES de Ciudad Real, ha plasmado en Teoría y práctica del urbanismo y la arquitectura promovidos por las empresas públicas en la España de la autarquía.

-¿En qué se parece y en qué se diferencia el modelo de cada una de esas zonas?

-El modelo de construcción es el mismo en todos los casos, por cuanto que tanto la elaboración de los proyectos como la ejecución de los mismos estaban fuertemente centralizados. Este sistema permitirá, por otra parte, que se den influencias recíprocas entre unos y otros, pues las experiencias de unos son tenidas en cuenta en los demás. Las diferencias entre ellos tienen que ver, sobre todo, con el grado de ejecución final de los proyectos. Así, los de Puertollano, As Pontes y Escombreras, que fueron completados en todos sus aspectos previstos, constituyen los mejores ejemplos, mientras que los de Escatrón y Andorra no fueron completados al reducirse considerablemente las previsiones industriales iniciales.

-Detengámonos en el caso concreto de As Pontes, ¿qué singularidades se detectan?

-El proceso siguió el sistema habitual de la Encaso. Se optó por una localización claramente aislada, tanto de As Pontes, a unos 700 metros de distancia, como de las proyectadas instalaciones industriales, a unos 200. De este modo se conseguía el buscado efecto de visibilidad y ejemplaridad del poblado. El proceso de compra de terrenos se planteó inicialmente como laborioso, debido al elevado número de propietarios afectados, a la ausencia de algunos de estos y a la carencia, en algunos casos, de títulos de propiedad legalizados. Sin embargo, la amplitud de medios humanos y económicos con que contaba la Encaso, así como el recurso a la expropiación forzosa de algunos de los terrenos, hizo que entre 1945 y 1946 se adquiriese la totalidad de los mismos, 67 hectáreas, de las que 37 se destinaron a viviendas.

-¿Fueron las únicas dificultades?

-También tuvieron que conseguir el suministro de materiales de construcción, por lo que hubo que recurrir a poner una fábrica de ladrillos propia y una instalación para obtener grava, gravilla y arena. La construcción propiamente dicha se inició en 1946, previéndose 150 viviendas para los trabajadores de la central térmica y las minas, además de los edificios de uso general como residencias, iglesia, escuela o economato. En 1954 se aprueba la construcción de otras 60 nuevas viviendas, para los trabajadores de la fábrica de abonos. Y en 1958 se aprueba una nueva ampliación, de 38 viviendas, motivada por el aumento de la plantilla de esa fábrica. Posteriormente se hicieron añadidos que completaron la oferta de servicios como el Lar, un edificio para clínica, un economato o la iglesia.

-Una iglesia cuyo nombre también está vinculado a la empresa.

-Se dedicó a Nuestra Señora de la Luz, en honor de la esposa del entonces presidente de la Encaso, Luis Arias Martínez. Este, fallecido en 1964, fue enterrado en Madrid y posteriormente, sus restos fueron trasladados a As Pontes, de acuerdo con su deseo.

-¿Ha sido posible cuantificar la inversión total?

-El Poblado se construyó en fases sucesivas, cada una de las cuales contaba con su propio presupuesto. Además, algunas construcciones concretas contaron con una partida específica. Y, por otra parte, no ha sido posible acceder a toda la documentación económica relacionada con este proyecto. Por todo ello no resulta fácil dar una cifra total global. No obstante, hay datos concretos como los cinco millones de pesetas del proyecto inicial del año 1944, los 21 que se destinaron en 1958 a 38 viviendas, las 211.509 pesetas del campo de fútbol o los 4.053.507 para la construcción de la iglesia.

-En los últimos años, las zonas mineras de la villa se han sometido a un intenso proceso de restauración. ¿Está al tanto de lo que se ha hecho?

-He leído algo sobre el tema y me ha parecido un proyecto positivo por lo que supone de responsabilidad empresarial hacia una zona degradada por la actividad económica, así como por las nuevas oportunidades que seguramente genera el entorno.