Su participación en el Ironman pontés servirá para luchar contra el cáncer infantil
02 may 2017 . Actualizado a las 05:00 h.Tratándose de una prueba deportiva, la meta debería ser clara: ganar. Pero no. Víctor Andrés Almendáriz (A Coruña, 1996), se enfrentará el próximo mes de junio a un nuevo reto: superar los 3,8 kilómetros a nado, 180 en bicicleta y 42,2 corriendo que incluye en triatlón pontés Northwest Triman. Tendrá un máximo de 16 horas para conseguirlo, pero él ya adelanta que «no tengo ninguna marca. Lo único que quiero es acabarlo». Como telón de fondo se encuentra la recaudación de fondos para la Fundación Josep Carreras.
-Le queda poco más de un mes, ¿preparado para escuchar el pistoletazo de salida?
-Me veo capaz de acabar salvo que tenga alguna lesión. Será mi primera prueba de estas características, no he hecho ninguna antes así y no sé todavía cuáles serán mis sensaciones. Lo que más me preocupa es lo de la bicicleta porque como mínimo serán seis horas encima. Creo que se me va a hacer duro, pero estoy convencido de que conseguiré acabarlo.
-¿Cómo se lleva eso de tener que estar pegado a la silla para preparar sus exámenes de Biología y Química con la preparación física que requiere una prueba como esta?
-Afortunadamente, tiran mucho los compañeros de mi club, el No Sport Limit, y eso ayuda a la hora de preparar los entrenamientos porque son todos los días, incluidos los fines de semana. Dos jornadas a la semana nado y luego otras hago bicicleta, tanto por semana como el fin de semana. Correr, un par de días más.
-Hace dos años empezó con el triatlón y ya está preparando una prueba de larga distancia. ¿Cuántas veces le han llamado loco?
-En el caso de As Pontes me lancé, me dio la venada y me inscribí. A mi madre no le hacía mucha gracia al principio, le daba miedo, pero poco a poco la he ido tranquilizando. Mis amigos ya me conocen, pero sí me han dicho varias veces estoy loco. Aunque después de lo del año pasado ya se están acostumbrando.
-¿Qué pasó?
-Fue en octubre. Participé en una carrera de Madrid a Segovia para recaudar fondos para Yes with cancer. Lo que pasó es me rompí los isquiotibiales y estuve cinco meses sin poder correr. De hecho esa prueba la tuve que acabar andando.
-¿Y ni así se le quitaron las ganas?
-En absoluto, es más, cuando me inscribí para el Northwest de As Pontes todavía no podía entrenar bien. Empecé a prepararme a partir de enero, ya de una forma más intensa.
-Su reto personal va unido a un reto solidario. ¿Por qué la leucemia?
-Cada vez está más de moda vincular tu participación en una prueba a algo solidario para que no solo haya una recompensa personal y a mí esa idea me gustó. En el caso de la Fundación Josep Carreras contra la leucemia todo fueron facilidades, de hecho, desde la propia web te permiten crear tu propia causa. La leucemia es de lo más frecuente en el ámbito infantil y a mí me interesaba hacer algo para los más pequeños de la casa.
-Y ya se ha puesto manos a la obra para movilizar a la gente.
-Así es, ya tengo una página de Facebook y, a través de ella, estoy dando a conocer la leucemia, la donación de médula y cómo hacerlo... Además, voy a hacer camisetas y venderlas el día de la prueba. Llevaré también el logo de la causa y de los colaboradores que me apoyan.
-¿Ya ha ido por As Pontes?
-No lo conozco, todavía no he podido ir. El club hace varias concentraciones para conocer el lugar, pero me ha resultado imposible. La próxima no me la puedo perder. De todas formas, ya me han hablado del lago, del resto del circuito y de que la parte de correr es por el pueblo y que hay mucha gente animando. Ese aspecto es muy importante.
-Y usted, ¿llevará a alguien para que le cargue las pilas?
-Mis padres estarán allí y algún amigo, pero tengo la suerte de que del club van más de 100 personas, entre los que participan y los voluntarios, así que el apoyo está asegurado.