Teresa Gutiérrez: «Si el otoño es seco, lo pasaremos mal»

Manuel Arroyo Alves
Manuel Arroyo FERROL

ARES

PACO RODRÍGUEZ

La directora de Augas de Galicia dice que la escasez de lluvias urge medidas restrictivas del abastecimiento

12 ago 2020 . Actualizado a las 00:11 h.

Teresa Gutiérrez lleva casi dos años al frente del organismo Augas de Galicia, adscrito a la Consellería de Infraestruturas. La directora del ente público es ingeniera de Caminos, Canales y Puertos y su trayectoria profesional está vinculada a la gestión del agua en la Administración autonómica desde el año 2003, cuando ingresó en la Empresa Pública de Obras y Servicios Hidráulicos. Mira al cielo de reojo por las escasas lluvias de los últimos meses. En sus propias palabras, «tenemos una situación ya preocupante, no como para quedarnos sin agua, aunque sí para tomar medidas y hacer un uso restringido».

-¿Cuál es el estado de los embalses de la provincia?

-Los niveles de los embalses están bastante bien en general. A los lugares donde hay embalse, los va a salvar. Pero si no entra agua de los ríos va a empezar progresivamente a bajar el nivel. Aunque es verdad que ya estamos en agosto. Lo normal es que en octubre empiece a llover, pero ya vivimos años en los que no ocurrió. No me preocupa tanto como los lugares que dependen de caudales fluyentes. Este año tuvimos que declarar la prealerta en la zona de A Mariña y constituimos como tal la Oficina de Seca. Eso significa que hacemos un seguimiento más extremo. Calculamos normalmente los parámetros de ríos y embalses una vez al mes. En prealerta, los calculamos cada quince días.

-¿Y los ríos?

-Tenemos valores fluyentes muy bajos, especialmente en el Mandeo, en el río Anllóns y en el Tambre. En esos cauces estamos en los límites más bajos de los últimos ocho años. Y hay ciudades enteras que se abastecen de ríos, como es el caso de Santiago, que se suministra del Tambre directamente. O Pontevedra, que lo hace del Lérez, sin tener ningún embalse. Si realmente el otoño viene seco, lo pasaremos muy mal.

-¿Qué indican los datos que manejan?

-Cuando analizamos la situación, partimos de la situación meteorológica. En junio las precipitaciones estaban por debajo de la media. Pero julio ya fue mucho peor. Hay lugares en los que no ha llovido nada. Afortunadamente, ha llovido un poco en la zona que teníamos peor. Moderadamente seca en la Costa da Morte y bastante seca en la zona de Arteixo y A Coruña. En Ares, Ferrol, Muros y Corcubión, ha sido también moderadamente seca.

-¿Cuándo se declaró la prealerta?

- El 17 de julio se activó la prealerta por sequía. No en toda la cuenca, pero sí en los sistemas Ribadeo-Masma, Landro-Ouro, Ortigueira y Cedeira. La evolución de los informes nos dicen que los lugares donde teníamos ya la prealerta, volvimos a tener una situación en julio muy preocupante, pero, además, también hay a día de hoy una situación bastante preocupante en el caudal fluyente de Ferrol que nutre As Forcadas, y en la zona de Ares. En el área de Betanzos, Cecebre vuelve a tener el mismo problema -bastante nivel pero poca entrada de agua- y en la margen derecha de la ría de Arousa, que se abastece del Ulla, tenemos una situación, cuando menos, preocupante.

-¿Qué medidas son precisas?

-Creo que la situación debe derivar ya en medidas, al menos de concienciación. Sé que hay concellos que están emitiendo bandos, porque también requiere medidas de restricciones de uso, como por ejemplo las relativas al llenado de piscinas, baldeo de calles o lavado de coches.

-¿Cuando se pone el contador a cero?

-En octubre. Es cuando suele empezar la temporada de lluvias. Pero en los últimos años hemos visto, como en la sequía del 2017, la peor que recordamos, que en julio y en agosto no estábamos muy mal, el problema fue que en octubre no empezó a llover. No lo hizo hasta el 24 de diciembre. Si eso ocurriese este año.... estamos en niveles bastante más bajos que en el 2017.

-¿Se repetiría la misma problemática de entonces?

-Sí, tendríamos los mismos problemas que en el 2017. Lo que sí ha cambiado a día de hoy es que tenemos una masa de agua privilegiada para abastecer el área de A Coruña con el lago de Meirama, que actualmente estamos en condiciones de poder usarlo para reforzar el suministro. También es cierto que As Forcadas no llegó a estar nunca en situación crítica, pero todo lo demás de la provincia, lo que se abastece de caudales fluyentes, estaría crítico, porque, al mismo tiempo, baja el nivel freático y muchos pozos se secan.

«Cualquiera de nuestros tratamientos del agua potable destruyen el covid»

 -¿Hubo que tomar alguna medida especial por el covid-19?

-El virus tiene una envolvente grasa que es muy frágil al contacto con el agua. Se pueden encontrar copias de ADN en aguas residuales, pero está desactivado. No hay fuentes de contaminación del agua potable y, además, cualquiera de nuestros tratamientos destruirían el virus. Lo que sí es cierto es que las personas enfermas aportan en sus aguas residuales copias desactivadas del virus. Somos capaces de detectarlo en nuestras depuradoras, y eso nos da información sobre el grado de infección que tiene la población. Pero nada que ver con el agua potable. Es segura y tiene los tratamientos para protegernos.

-Sobre los embalses de producción de energía, ¿podrían usarse para el abastecimiento?

-El problema es que no tenemos los sistemas para derivarlos. Podemos derivar para el consumo embalses mixtos, por ejemplo, en el río Cobo, que es un embalse para Alcoa, pero también abastece a Cervo y Burela si es necesario. El problema es que hay embalses en sitios en los que no necesitamos agua porque no hay poblaciones.

-¿Cómo se presenta el otoño?

-Si es un año normal, que en octubre empiece a llover, podríamos pasar un septiembre un poco justo. Galicia es muy sensible a las lluvias. No teníamos grandes períodos de sequía. Es verdad que llovía menos en verano, pero llovía, así que nunca se planificaron las infraestructuras como en Andalucía o Extremadura, donde el período de lluvias es muy corto.

-¿Y qué se puede hacer?

-Insistimos muchísimo en la necesidad de que los concellos tengan sus planes de sequía. El año pasado sacamos la primera convocatoria para ayudar a los municipios pequeños. A la nueva convocatoria se han presentado 90.