-¿Se repetiría la misma problemática de entonces?
-Sí, tendríamos los mismos problemas que en el 2017. Lo que sí ha cambiado a día de hoy es que tenemos una masa de agua privilegiada para abastecer el área de A Coruña con el lago de Meirama, que actualmente estamos en condiciones de poder usarlo para reforzar el suministro. También es cierto que As Forcadas no llegó a estar nunca en situación crítica, pero todo lo demás de la provincia, lo que se abastece de caudales fluyentes, estaría crítico, porque, al mismo tiempo, baja el nivel freático y muchos pozos se secan.
«Cualquiera de nuestros tratamientos del agua potable destruyen el covid»
-¿Hubo que tomar alguna medida especial por el covid-19?
-El virus tiene una envolvente grasa que es muy frágil al contacto con el agua. Se pueden encontrar copias de ADN en aguas residuales, pero está desactivado. No hay fuentes de contaminación del agua potable y, además, cualquiera de nuestros tratamientos destruirían el virus. Lo que sí es cierto es que las personas enfermas aportan en sus aguas residuales copias desactivadas del virus. Somos capaces de detectarlo en nuestras depuradoras, y eso nos da información sobre el grado de infección que tiene la población. Pero nada que ver con el agua potable. Es segura y tiene los tratamientos para protegernos.