La gran urbanización de la entrada de Ares, pendiente del PXOM

CHEMA CORRAL ARES

ARES

JOSE PARDO

La aprobación definitiva del nuevo Plan General de Urbanismo facilitaría la legalización del complejo de viviendas

14 may 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

Las cicatrices que ha dejado la crisis económica son visibles en Ares, desde su misma entrada. Una urbanización fantasma, Las Anclas, preside la puerta de la villa desde hace casi una década. Años de abandono que, poco a poco, fueron haciendo «invisible» el residencial y la vegetación plantada en el frente del complejo crecía y crecía, ocultando parte de la fachada. Hace unas semanas los arbustos desaparecieron por completo. ¿Se avecinan cambios?

El complejo de pisos y apartamentos Las Anclas, uno de los emblemas de la burbuja inmobiliaria en la localidad, dio sus primeros pasos envuelto en la polémica -con paralizaciones y juicios- y siguió tocado por la mala suerte. Hoy, según apuntan desde el Concello, está en manos de un banco. De hecho, recuerdan que la entidad bancaria embargó la urbanización a Coinasa, dejando damnificados entre los particulares que ya habían abonado una entrada y soñaban ya con sus pisos a unos metros de la playa.

Explica la edila de Urbanismo, Olimpia Marcos, que los cambios experimentados en el frente de los bloques que se disponen junto a la glorieta de acceso a Ares se deben a la exigencia de mejoras por parte del gobierno local. «Pedimos a los actuales propietarios que acondicionaran el entorno del complejo». De hecho, en la parte trasera dispone de una zona verde que habrán de ceder al consistorio. Y al parecer, eso es todo.

Así pues, Las Anclas seguirá engrosando el stock de viviendas existente en esta localidad costera. El futuro de la urbanización (98 pisos y una veintena de locales de oficinas, adaptados a apartamentos) no solo depende de que se afiance la mejora económica sino también de que se resuelva su situación legal. Recuerda Marcos que la modificación de usos impulsada en distintos espacios por la promotora exigía la presentación de un proyecto para legalizar los cambios. Un documento que se demoró tanto en el tiempo que coincidió con la anulación del PXOM del 2007 por parte del Supremo.

Ahora, tal y como explica la edila delegada de Urbanismo, solo quedan dos opciones «o ajustarse a la licencia municipal inicial o esperar a la aprobación del nuevo PXOM, que facilitaría el proceso de legalización, al estar ya la totalidad de los terrenos en los que se levanta en suelo urbano». Y después aún estaría pendiente la consecución de la licencia de primera ocupación.

Con todo, desde el Concello se muestran convencidos de que, dados los gastos que genera la urbanización (conservación, seguridad...), la entidad propietaria buscará ponerla a la venta tan pronto como sea posible.