Critica que la nueva línea que lleva a los alumnos del municipio al IES Mugardos no incluye la parada más próxima a su casa
15 oct 2015 . Actualizado a las 05:00 h.María José Martínez, una vecina del lugar de Curmá, en la parroquia aresana de Caamouco, no recuerda haber tenido nunca problemas con el transporte escolar. Su hija mayor, cuando iba al IES Mugardos, cogía el autobús en la parada de El Paralelo, a solo doscientos metros de su casa. Pero a principios de este curso, cuando su hijo empezó primero de Bachillerato en el mismo centro, se encontró con la sorpresa de que el autobús no se detenía en ella, como siempre había hecho, sino en la del cruce de la playa de O Raso, a ochocientos metros de su vivienda.
«El problema es que ahora Arriva no quiere venir hasta aquí porque en esta zona no hay más escolares que mi hijo y en El Paralelo el autobús no puede girar, por lo que tendría que ir hasta Redes a dar la vuelta y eso supone alargar un poco más el trayecto y gastar más gasolina», advierte. La madre entiende que se trata de una situación «discriminatoria» para su hijo, puesto que el muchacho paga lo mismo que el resto de los casi sesenta alumnos de Ares que usan ese servicio para ir al IES Mugardos.
«Ahora no me queda más remedio que llevarlo en coche hasta O Raso, pero, ¿Y si un día no puedo ir a buscarlo? ¿Va a tener que venir andando ochocientos metros él solo por una carretera sin aceras?», se pregunta indignada la madre del alumno.
Fuentes de Arriva indicaron que entienden el malestar de la vecina, pero aclararon que el autobús que presta el servicio no está considerado como transporte escolar, sino como una línea regular, a pesar de que, en la práctica, solo la usan los alumnos de bachillerato de Ares que estudian en Mugardos y, de hecho, se puso en marcha a petición del instituto. «Al tratarse de una línea regular que es una concesión de la Xunta, solo podemos realizar las paradas autorizadas por la administración y que garanticen la seguridad de los usuarios», advierten desde Arriva.
La empresa planteó la posibilidad de recoger al alumno en el cruce de Fadesa, más próximo a su casa, pero finalmente desistió al no disponer de marquesina ni paso de cebra. El Concello de Ares se ha comprometido a instalar la marquesina cuando obtenga la autorización de la Diputación, titular de la carretera, pero María José teme que la medida tarde demasiado en llegar. «A mí esa alternativa me valdría, pero para cuando llegue el permiso a lo mejor ya se ha terminado el curso», dice desanimada.