Un San Simón sin pulpo, sin rosquillas y hasta sin capilla

Rosa Estévez
rosa estévez VILANOVA / LA VOZ

A CAPELA

MONICA IRAGO

La pandemia priva a la comarca de una de sus romerías más tradicionales. «Tal e como están as cousas, hai que suspender»

23 oct 2020 . Actualizado a las 05:00 h.

La devoción por San Simón es tal, que cada año cristaliza en una romería tumultuosa y multitudinaria que inunda la carretera de Vilagarcía a Pontevedra. La fiesta ha permanecido anclada en su emplazamiento original sin que el paso de los coches rozando los manteles de los puestos de rosquillas haya surtido el menor efecto intimidatorio sobre quienes, cada final de octubre, gustan de acercarse a disfrutar de los sabores tradicionales de la tierra. Pero en este extraño 2020, la puntual cita de San Simón con sus fieles y sus simpatizantes se va a ver truncada, reducida casi a cero. «Tal e como está a situación, cae de caixón que non se pode facer nada», explicaban ayer desde la comisión de fiestas.

La romería de San Simón es sinónimo de orquestas, de música, del soniquete de las atracciones infantiles. Es una puerta a grandes carpas en las que se sirven apetecibles raciones de pulpo que los más expertos en estas lides riegan con vino joven. Todo ese programa ha quedado cancelado. «Polo menos, polo que lle toca á comisión de festas, anulamos todo; se alguén quere facer algo a título particular, eles verán. Nós preferimos non facer nada este ano, porque a situación empeza a poñerse crítica tamén pola nosa zona», explican desde la comisión de fiestas.

Tras la demolición forzada del programa de fiestas, en pie solo queda una versión reducida de los actos litúrgicos. Pero también llegan con cambios. Porque la diminuta capilla de San Simón es incompatible con los protocolos impuestos por la crisis sanitaria. Así que desde el miércoles -cuando comenzaron las novenas-, los actos religiosos se han trasladado a la iglesia parroquial de Baión. «Na capela, co pequena que é, non poderían entrar máis de catro ou cinco persoas», explican desde la comisión de fiestas. En la iglesia, al menos, podrán acudir al encuentro del santo algunos fieles más, tanto en las novenas como en la misa cantada que tendrá lugar el próximo domingo, a la una de la tarde.

«Danos pena ter que tomar esta medida de cancelar todo; que eu recorde, a festa de San Simón nunca se deixou de celebrar», explica el presidente de la comisión. Pero ha llegado el covid-19 y ha forzado escenas que a duras penas nos podríamos imaginar a comienzos de este aciago año 2020.

Los establecimientos hosteleros ubicados en el pequeño núcleo articulado alrededor de la capilla asumen la cancelación de la fiesta como una de tantas fatalidades inevitables de este año. En el mesón A Capela afrontan los próximos días con la «nueva normalidad» a cuestas. Eso sí, como todos los fines de semana, habrá pulpeira.