La ONCE deja una lluvia de 200.000 euros entre la clientela del bar La Frontera de Ferrol: «Es una alegría repartir fortuna»
FERROL
José Manuel Vergara vendió en el establecimiento diez cupones del Sueldazo del Fin de Semana que resultaron premiados con 20.000 euros cada uno
02 sep 2024 . Actualizado a las 17:38 h.«Siempre es una alegría repartir fortuna». José Manuel Vergara Rodríguez, vendedor de la ONCE desde hace catorce años, no podía ocultar este lunes su satisfacción por haber llevado la suerte en su ruta por la parroquia de Serantes. Y es que diez cupones del Cupón Fin de Semana de la ONCE que dejó Vergara en el emblemático restaurante La Frontera, situado ya en el límite con la parroquia de A Cabana, resultaron premiados con 20.000 euros cada uno en el sorteo celebrado el pasado sábado, 31 de agosto, por lo que la cuantía total asciende a 200.000 euros. Uno de los premios se quedó en el bar y los otros nueve se repartieron entre los clientes, «algunos de ellos habituales y otros de los que no sabemos nada, porque los cupones se vendieron el día de los fuegos artificiales y ese día pasó mucha gente por el bar», comentan desde este histórico restaurante fundado en 1976 por Niceto Niebla.
El cupón del pasado fin de semana estaba protagonizado por el ciclismo, dentro de la serie dedicada a los Juegos Paralímpicos de París 2024. Según explican desde la ONCE, el Sueldazo del Fin de Semana ofrece todos los sábados y domingos un premio especial a las cinco cifras y serie de 300.000 euros, más de 5.000 euros al mes durante 20 años consecutivos a un solo cupón. Y premios de 2.000 euros al mes durante diez años consecutivos, a otros cuatro cupones.
«Estoy contentísimo porque nunca hasta ahora había repartido un premio tan cuantioso», comenta José Manuel Vergara, que en sus catorce años como vendedor ya hizo feliz a otros clientes en varias ocasiones. «Por dos veces vendí dos cupones por máquina que resultaron premiados cada uno con 35.000 euros y también un rasca con un premio de 10.000», rememora. Este nuevo premio le hace feliz, sobre todo porque algunos de los afortunados que se llevan el pellizco son clientes de siempre, a los que ve casi a diario.