Uno de los destartalados barracones de las antiguas baterías militares costeras de Ferrol sirve de escaparate para «Victims of war», la última muestra de Gabriel Tizón
03 ago 2023 . Actualizado a las 05:00 h.Nada de paredes blancas, limpias, impolutas. Tampoco hay carteles explicativos ni focos cenitales para iluminar la obra expuesta. En su lugar, un edificio de hechuras militares abandonado, sin ventanas ni puertas, con paredes desconchadas y lleno de grafitis. Así luce el marco elegido por el fotógrafo ferrolano Gabriel Tizón para mostrar su serie Victims of war, que estos días se puede contemplar en uno de los maltrechos edificios que forman parte del conjunto de las antiguas baterías costeras de Cabo Prior, en el litoral ferrolano.
Más que una exposición, Tizón se refiere a su último proyecto fotográfico como una «acción» con la que ha querido mostrar el sufrimiento de los refugiados de Siria, Afganistán, Irak o Ucrania, a los que en los últimos años ha ido retratando en el mismo terreno del conflicto o en el camino de huida hacia Europa. Sin cócteles de inauguración ni discursos de autoridades, hace ya unos cuantos días se plantó en Cabo Prior y colgó una decena de fotografías protagonizadas por rostros que transmiten cansancio, desamparo y olvido, lo mismo que el escaparate en el que se exhiben
«Me pareció interesante mostrar estas imágenes en un cuartel que está abandonado y destrozado, como es este barracón de Cabo Prior, y que además tuvo una función militar», explica Gabriel Tizón, para quien el mensaje está más que claro. «Las guerras nunca arreglan nada, solo destrozan vidas. Es algo que repiten todos los refugiados que huyen de los conflictos, pero pasa el tiempo y volvemos a caer en lo mismo, no aprendemos. Las guerras son negocios que benefician a unos pocos y las víctimas siempre son las mismas: los que mueren en ellas, pero también los que sobreviven, que al final son los que más sufren», reflexiona Tizón, un fotógrafo que ha dedicado los últimos años de su vida a retratar la vulnerabilidad de las poblaciones castigadas por las contiendas bélicas. «Cada vez hay más, aunque ahora solo se habla de una», advierte para llamar la atención sobre el olvido de la crisis humanitarias de Siria o Afganistán.
El drama de aquellos conflictos llena ahora las baterías de Cabo Prior, un lugar que además tiene un significado especial para el ferrolano, porque fue en ese pedazo de costa que se asoma al Atlántico donde vio pasar buena parte de su infancia y juventud. «Cabo Prior forma parte de mi ADN, es mi sitio en el mundo», afirma rememorando las tardes de juegos en el entorno del faro, cuando las baterías todavía estaban en activo.
Ahora sus imágenes cuelgan de sus viejas y desconchadas paredes. Y como advierte el fotógrafo en el vídeo de presentación que se puede ver en su página de Facebook, la muestra permanecerá allí «hasta que dure, como las personas»,