Dice Francisco Menéndez Iglesias (Vigo, 1979), ingeniero y director de la Axencia Galega de Infraestruturas, que «nos hemos vuelto más cómodos y caminamos menos». La Estratexia Galega de Mobilidade tratará de corregir ese y otros problemas, como el «previsible y preocupante» dominio del coche en las áreas metropolitanas, donde se producen la mayoría de los desplazamientos y donde sigue siendo la opción preferida por el 90 % de los ciudadanos, aunque hay muchas más alternativas que en las zonas rurales.
El director lo atribuye a causas «territoriales y culturales», pero matiza que en las ciudades hay muchos desplazamientos a pie que no se pueden contabilizar. La oferta de transporte público, añade, aún es desconocida para muchos ciudadanos que, en consecuencia, la consideran a veces insuficiente.
Las soluciones parten, en primer lugar, de conocer la situación. El análisis destaca la importancia de los desplazamientos en las coronas metropolitanas. Hay más movimientos entre Oleiros y A Coruña que entre esa ciudad y Santiago, aunque «casi siempre ponemos el foco en el segundo escenario».
La solución pasa por «invertir la pirámide en la que tenemos como base el coche» y su 90 % de usuarios. La bicicleta y el transporte público serán alternativas dependiendo del territorio, pero también de que el coche deje espacio al transporte colectivo.
Que los turismos del futuro sean eléctricos, híbridos o de hidrógeno «es secundario» frente a la necesidad de invertir la pirámide. Aunque Galicia, añade, puede tener cierta «autosuficiencia» tanto en la producción como en el almacenamiento de electricidad.
El director admite que faltan puntos de recarga, pero recuerda que la mayoría de los desplazamientos son cortos, dentro de las áreas metropolitanas, por lo que muchas veces bastarían las redes de los domicilios.
La estrategia prevé una reducción de los desplazamientos a largo plazo, en el 2050, pero Menéndez subraya que no está vinculada a restricciones o a una pérdida de dinamismo económico. «Hay que desligar el tráfico del PIB», insiste. El teletrabajo, como demostró la pandemia, «es productivo y viable» y reducirá la demanda de movilidad. Lo mismo ocurre con los servicios de entrega de mercancías de última milla. «Hay cosas que nos tenemos que desplazar para conseguir, pero también otras que se desplazan a casa», dice. Acercar los productos y los servicios, con mecanismos como los citados o la teleformación, reducirá los movimientos y la siniestralidad.
La estrategia marca un objetivo ambicioso, reducir los accidentes en un 40 % en siete años. Menéndez cree que «no es descabellado» ante la «disruptiva» aparición del vehículo autónomo y otras ayudas a la conducción.
La estrategia se acompasará con el nuevo plan de infraestructuras de la Xunta, en el que dejará huella. Las carreteras, dice el director, van a seguir siendo «la base de los desplazamientos» en el disperso territorio gallego, pero la tornas «se van a invertir» y la planificación tendrá espacio para sendas peatonales y ciclistas.