Punto G, último bastión del comercio erótico en Ferrolterra: «Hay clientas de más de 70 años que descubren un nuevo universo»

Elba de la Barrera Agulló
Elba de la Barrera FERROL / LA VOZ

FERROL

El establecimiento erótico basa su apuesta en la confidencialidad y la atención personalizada al cliente.
El establecimiento erótico basa su apuesta en la confidencialidad y la atención personalizada al cliente. JOSE PARDO

Con doce años de experiencia en el sector, el establecimiento naronés ha conseguido fidelizar clientes de distintos puntos del país y plantar cara a las grandes plataformas

26 ene 2023 . Actualizado a las 21:19 h.

Capeando el temporal de la proliferación de grandes plataformas de venta por Internet, en Narón resiste desde hace doce años la única tienda presencial especializada en la venta de artículos eróticos de la comarca. Ubicado en la carretera de Castilla, Punto G basa su filosofía y supervivencia en dos premisas muy claras: confidencialidad y atención personalizada. Alis Bouso, que comanda la tienda, confiesa que esta suerte de secreto profesional se respeta incluso entre los propios trabajadores del local, que nunca comparten la información facilitada por el cliente con sus compañeros. «La gente sabe que nos caracteriza la discreción y que lo que pasa aquí se queda aquí», explicita la propietaria, que subraya que en los últimos tiempos ha proliferado el fenómeno de personas que acuden al establecimiento para informarse sobre un producto que finalmente adquieren a través de grandes plataformas virtuales.

«Incluso hemos visto a personas que vienen y buscan en la tienda el producto en su propio móvil. Es frustrante porque ofrecemos asesoramiento personalizado y no sacamos beneficio en estos casos», reflexiona Bouso que pone además el foco en la calidad del producto que comercializan en Punto G. «Viajamos a Alemania y ahora iremos a una feria del sector en Barcelona para traer las mejores referencias y de calidad. Hay personas que miran el precio, pero hay productos de baja calidad y muchas falsificaciones en el sector que nada tienen que ver con lo que estamos ofreciendo nosotros», determina la impulsora de este gran universo del erotismo que, como contrapartida al incierto panorama de la venta virtual, tiene en la fidelidad de su clientela a su mejor aliada.

«Hay clientes que llevan viniendo desde que abrimos y que viajan desde distintos puntos de Galicia, por el trato personalizado que damos. También tenemos a personas que llegan por trabajo desde otros puntos del país y que aprovechan para hacer sus compras», subrayan desde el establecimiento naronés. Y es que, aunque confiesan que sigue costando dar ese primer paso y traspasar el umbral de la puerta, «casi todo el que entra repite».

«Tratamos el sexo con toda la naturalidad, como tiene que ser y aunque sigue siendo tabú y la gente llega con un poco de vergüenza enseguida actúan como si estuvieran comprando una barra de pan», explica la propietaria de Punto G. El tipo de público es, además, de lo más diverso porque, defiende, es algo placentero y en clave positiva. Comunidad trans, LGTBI, público joven y también personas de más edad acuden en busca de la amplia gama de productos que comercializan en la tienda. Vibradores, disfraces, cosmética con feromonas, películas o lencería son solo algunos de los elementos que se pueden encontrar en el comercio, que se encuentra en la antesala de una de las épocas fuertes del año.

Punto G encara ya la campaña de San Valentín.
Punto G encara ya la campaña de San Valentín. JOSE PARDO

«San Valentín y Navidad son los momentos en los que más se vende porque hay muchas personas que optan por regalar este tipo de productos», subraya la comerciante. En Punto G hay, además, alternativas para todo tipo de públicos en artículos como la lencería. «Las tallas van desde la XS hasta la XXXL porque todas tenemos derecho a ponernos prendas que nos hagan sentir más sexi», sentencian sus propietarios.

Un universo nuevo

Así, a pesar de que la competencia es feroz, en Punto G se enorgullecen de la honestidad con la que desarrollan su labor diaria. «No vamos a venderle al cliente algo más caro de lo que necesita y esa es una línea que vamos a seguir», defienden desde este bastión del erotismo presencial en la comarca. Y es que, a pesar de los sinsabores relativos a la nueva competencia, sus responsables ponen en valor lo gratificante que resulta su labor en muchos momentos.

«Hay, por ejemplo, clientas que vienen de más de 70 años a las que les descubrimos un nuevo universo que, por desgracia, no pudieron experimentar en su momento y eso es muy bonito», destacan en el comercio. Este tipo de pequeñas alegrías del día a día hace que Punto G busque nuevas fórmulas de llegar al público de manera presencial y personalizada y, avanzan, trabajan en poder poner en marcha un servicio de «tuppersex» con los que acercar su gama de productos a la localización elegida por el cliente, con una explicación detallada por parte de un profesional.

Y es que incluso en artículos como el audiovisual, cuya venta se ha visto mermada desde la proliferación de las nuevas tecnologías, hay personas que siguen prefiriendo adquirir de manera tradicional. «Hay clientes que vienen una vez al año en busca de películas porque igual que en la lectura hay gente que sigue prefiriendo el formato físico pues con esto pasa igual», concluyen los comerciantes, que no tiene pensado renunciar a seguir aportando un granito de felicidad a su clientela.