Andrés Luis Rodeiro, presidente de la Asociación Quad Galicia: «Energúmenos hay en todas las aficiones»

Ana F. Cuba MUGARDOS

FERROL

Rodeiro Pérez con su «quad», un vehículo de 19.500 euros.
Rodeiro Pérez con su «quad», un vehículo de 19.500 euros. CESAR TOIMIL

Fenés procedente de Mugardos, aboga por una norma que permita «la convivencia de todos en el monte»

27 jun 2023 . Actualizado a las 17:46 h.

La idea de crear la Asociación Quad Galicia nació poco antes de la pandemia, «a raíz del ataque mediático y de comunidades de montes y propietarios, sobre todo en la provincia de Pontevedra, por la circulación de estos vehículos», explica su presidente, Andrés Luis Rodeiro Pérez (Mugardos, 1975), asentado en Fene desde hace 18 años. El colectivo, con unos cien socios de Galicia e incluso de Zamora o Madrid, se constituyó a finales de 2021. «Hay gente con quads, motos y side by side [buggies todoterreno], socios particulares y clubes», indica. «La idea es tener una voz única ante las Administraciones y concienciar a la gente del uso correcto que debemos dar al vehículo», precisa.

Su primer quad era de 300 centímetros cúbicos. «Se me quedó pequeño y compré uno de 500, y el de 300 se lo quedó mi mujer, ella iba delante y yo y el niño detrás, los tres por el monte», cuenta para ilustrar que no se trata de una actividad de riesgo. «Lo peligroso no es el vehículo sino la conducción, hay que saber lo que llevas entre manos [...]. Energúmenos hay en todas las aficiones, por eso queremos promover un uso responsable de nuestro vehículo y del medio ambiente, que en muchos aspectos protegemos», dice. Defiende su papel en la recuperación de caminos rurales antiguamente muy transitados y hoy abandonados: «Vamos con sierras, machetas e incluso motosierras, librando la maleza».

  

Apoyo a entidades o deportistas

Quad Galicia presta apoyo en rutas de ciclistas, carreras de carrilanas y en un evento de Distrito 18, un club de Baiona, con niños con discapacidad, y se brinda a cooperar con concellos (en Pontevedra ayudan en la vigilancia para prevenir incendios) y otras entidades. «Nuestro fin es poder debatir con la Administraciones los usos sociales del monte. Queremos dialogar con comunidades de montes, asociaciones ecologistas o animalistas, cazadores... y poder usar todos el monte con unas normas de convivencia», subraya.

Cree «fundamental el respeto al entorno y al resto de usuarios», y entiende que su colectivo «es la parte fuerte en el uso del monte», en el sentido de mayor volumen, frente a senderistas, ciclistas, gente a caballo, cazadores... «Sugerimos que la gente vaya con los escapes originales para evitar ruido, y cuando vemos un ciclista, un senderista o un cazador aminoramos o paramos para que pase, por empatía. Es algo que debemos tener en mente», reitera.

Rodeiro Pérez atribuye la mala imagen de los quads «al bum que se produjo en 2005, cuando cualquiera cogía uno y andaba haciendo el loco por el monte». Ahora, dice, los UTV (siglas en inglés de vehículos para tareas útiles) «son casi todos con tracción a las cuatro ruedas, y ya no generan los destrozos de aquellos, que desde 2008 ya no se venden, salvo en el mercado de segunda mano».

La asociación lucha por acabar «con la mala fama creada entonces». «Hoy, la media de edad de los usuarios es de 35-40 años, y todos somos amantes de los quads y la naturaleza. Es un deporte y nos permite disfrutar con amigos de una ruta turística de 90 o 100 kilómetros, llegar a sitios impensables haciendo senderismo, escapar del mundanal ruido...», destaca el presidente. En cuanto a los costes, un quad deportivo (que ya solo se puede conseguir de segunda mano) oscila entre 2.500 y 5.000 euros, y la velocidad máxima es de 45 kilómetros por hora.

Por monte y por carretera

El precio de un UTV nuevo «depende de las prestaciones, la marca o la cilindrada» y oscila entre 8.000 y 20.000 euros. Por si quedan dudas, los quads son vehículos de cuatro ruedas controlados por manillar y abiertos, casi todos biplaza. «Podemos circular por carretera y, dependiendo de la homologación, incluso por autopista. A más de 60 kilómetros por hora en el monte es una locura, y a más de cien en asfalto también. No están diseñados para eso, sino para sortear obstáculos y pasear por el monte», aclara.

Están autorizados a transitar por cualquier vía pública, salvo en espacios protegidos, y hay quien, en verano, los utiliza para ir a trabajar (del 1 de julio al 30 de septiembre no se pueden meter al monte). Rodeiro Pérez incide en que en el monte «no disfrutas con la velocidad sino del paseo tranquilo», recomienda «no ir nunca solo, por si hay un vuelco o una avería», y recuerda que la normativa autonómica no permite grupos de más de cinco. A él le sirve de desconexión y admite que pocas sensaciones le agradan tanto como «pasar por un charco».