Vertidos, la condena de la ría de Ferrol

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Mariscadores en el banco de As Pías de la ría de Ferrol, en una foto de archivo.
Mariscadores en el banco de As Pías de la ría de Ferrol, en una foto de archivo. JOSE PARDO

La Xunta obliga a depurar en batea el marisco extraído del área de O Couto, por los altos niveles de contaminación atribuidos al saneamiento de Neda

17 ene 2023 . Actualizado a las 20:12 h.

Los mariscadores de las cofradías de Ferrol y Barallobre (Fene) que faenan en la parte más interna de la ría, delimitada por una línea imaginaria que iría desde la capilla del pazo da Mercé hasta punta Cornide, tendrán que someter el producto extraído a un proceso de reinstalación, «para a súa depuración natural, co obxectivo de protexer a saúde do consumidor». La Xunta obliga a tratar a mar abierto el marisco recolectado en O Couto, como si fuera una zona C, por los niveles de contaminación detectados.

En realidad, la clasificación microbiológica de la parte interna de As Pías, de la que forma parte, se mantiene en B (requiere el paso por depuradora para su consumo), «porque a zona que rexistra peores valores non é a maioritaria, e para beneficiar así ao sector e non facer que todo o produto teña que ir a reinstalación», indican desde la Consellería do Mar. Este asunto se trató en la reunión del jueves entre representantes de los pósitos, Desenvolvemento Pesqueiro y la Consellería do Mar, una bióloga de Seaga y la directora de Intecmar.

El patrón mayor de la cofradía de Ferrol alerta de las consecuencias para un sector ya muy golpeado y un pósito con una situación económica muy precaria. «Es un problema sobre todo para la gente más mayor, que estaba yendo a esa zona porque el terreno es más blando, hay menor calado y no es tan duro el trabajo», explica Gustavo Chacartegui.

El pósito, advierte, también resulta damnificado: «En la batea el marisco se fatiga y la Xunta solo indemniza si se da una mortandad superior al 10 %. Lo normal es que sea menor y es la cofradía la que tiene que asumirlo, porque al mariscador le paga por la cantidad que coge. Y unos pocos euros por cada uno, al final suma mucho dinero». A mayores, advierte, supone «un trastorno por el papeleo que conlleva, y no hay personal para hacerlo, con dos administrativos de baja».

La situación se complica aún más por las previsiones de mala mar, lo que impedirá que el barco traslade el marisco a la batea del puerto exterior del 16 al 18. «Mucha gente que va subsistiendo como puede podría trabajar en O Couto aunque haya temporal, pero así ya no, es otra patada que recibimos», lamenta el patrón mayor. Por eso urge a solucionar los problemas de saneamiento del municipio de Neda, a los que se atribuye la contaminación de esa parte de la ría. «No acuso a nadie, pero de un problema que no hemos ocasionado nosotros, un sector que ya está en unas condiciones fatales, somos los perjudicados», concluye.

Neda mira a Prioriño

¿Qué ocurre en Neda? «Hay depuradora desde hace 30 años, pero no se hicieron las cosas bien, las canalizaciones son muy antiguas, alguna está sin hacer [desde Xuvia] y otra, de 700 metros, va por el cauce del río Belelle», indica el alcalde, Ángel Alvariño. Señala que en 2014 la Xunta licitó las obras de mejora de la EDAR por 540.000 euros, se contrataron por 360.000, la empresa quebró y no llegó a acabarlas.

«Nosotros lo detectamos en 2017 [cuando llegamos al gobierno]. La delegada de la Xunta había dicho que todo estaba solucionado, lo creímos [...]. El Concello había encargado un proyecto en 2012, que retomamos en 2017, se iba a financiar con las bajas de la obra de saneamiento de A Malata, fondos europeos para la ría, pero no llegaron», repasa.

«Ha habido dejadez, no se explica que haya quedado Neda al margen del resto de municipios de la ría», dice. La solución, sostiene, pasa por completar la red de saneamiento y conectarse a la EDAR de Prioriño, lo que supone una inversión de casi dos millones de euros. «El Concello no tiene deuda y podría pedir un crédito —recalca—, pero los servicios técnicos no lo permiten, hay que cofinanciar, con la Xunta o el Gobierno central».