Con historia
27 dic 2022 . Actualizado a las 05:00 h.A pesar de las numerosas incidencias que se produjeron por las lluvias durante el fin de semana, la cabalgata de Papá Noel organizada desde el Concello de Ferrol hizo el recorrido previsto desde las 10 de la mañana del sábado 24. Papá Noel repartió ilusión a raudales en un recorrido bajo el agua a bordo de un camión de bomberos histórico, del año 1949, procedente de Cambre. El vehículo, de origen americano, resultó cuando menos apropiado para el día de intensas lluvias y con los bomberos en plena actividad por toda la comarca. Papá Noel, acompañado de un bombero conductor, partió a bordo del camión del Centro Carballo Calero en O Inferniño y culminó en el Centro Cívico de Canido, escoltado a lo largo de todo el recorrido por las barrios por Protección Civil y entregando caramelos en las paradas intermedias, en el centro Cívico de San Carlos, San Pablo y por la zona Catabois, donde los niños lo aguardaban ilusionados con ese toque mágico de la Navidad. El Concello contó para esta cabalgata con la empresa Sugema eventos creativos, a través de la ferrolana Olaya Vidal, que se encargó de hacer posible la llegada de tan espectacular y singular transporte para Papá Noel.
Quemando calorías
El Club Montaña Ferrol- Alpinista Abrente continúa programando actividades en la línea de recuperar la absoluta normalidad tras la pandemia. Y por ello vuelve a convocar la iniciativa deportiva que inaugurará el año 2023 en la comarca. La actividad no es otra que la ya tradicional Marcha de Año Nuevo y callos, el 1 de enero, que se recupera después de dos años sin celebrarse, aunque con cambios en el suministrador de callos, debido al cierre del tradicional establecimiento El Gallo de Valón. Este año los callos que se degustarán en el local social de A Cabana a partir de las 13.00 horas los servirá Casa Guitiriz, tomando el relevo a El Gallo. Pero es que además, el activo club presidido por Xan Ramírez, citó ayer a todos aquellos que quisieron quemar las calorías del turrón y demás, larpeiradas navideñas, cargadas de hidratos de carbono, proponiendo, de nuevo, la ruta vespertina de Queimar o Turrón. Por ello, recuperando la vieja tradición y sin inscripción previa, ayer a las cinco de la tarde se dieron cita delante del albergue de peregrinos de Neda para, como siempre, con el fondo de la ría como paisaje, recorrer los siete kilómetros del paseo por Neda, atravesando el puente peatonal del tren, pasando por O Couto y el paseo de Narón. Un recorrido apto para el fin indicado, sin esfuerzos y recorriendo ambos márgenes del fondo de nuestra ría.
Comida inspiradora
El libro de los marinos Bartolomé Cánovas y Raúl Villa titulado La mujer en la mar: Historias de sueños cumplidos, fue presentado, tal y como en su día contamos en esta página, el pasado verano en Exponav. Recordamos que en aquella presentación ambos autores comentaron que la idea escribir aquel libro se había gestado durante un conversación en una comida en un restaurante. Y tras tres años y medio de trabajo habían logrado llevarlo a cabo, convirtiéndolo en un volumen imprescindible para analizar el papel de la mujer en el mundo de la mar, que a pesar de que siempre ha sido un coto privado para los hombres, es una historia llena de excepciones. A pesar también de que todavía en los años 50 se pensaba que la mujer a bordo era símbolo de mala suerte en los buques, afortunadamente en la actualidad no tienen ningún tipo de limitación para poder desempeñar cualquier destino a bordo de los barcos, tanto civiles como militares; aunque no siempre fue así. Y ha sido ahora, casi medio año después de la presentación del libro, cuando han querido rendir homenaje a otra mujer, Ana Faraldo, la responsable del bar O Choyo, en el número 58 de la calle Carlos III de Esteiro. Y es que allí, comiendo en este tradicional bar en el que es habitual ver a trabajadores de Navantia, personal de la Armada y también a estudiantes y profesores de la Universidad, se gestó la idea del exitoso libro, cuya portada ha quedado inmortalizada en un cuadro que cuelga ya de una de las paredes de ese lugar al que Raúl Villa y Bartolomé Cánovas regresaron para dejar testimonio de que fue allí donde surgió la inspiración.