La tenencia de mascotas se dispara en la provincia tras la pandemia

gala dacosta diehl FERROL / LA VOZ

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Bea Gómez, educadora social y canina, es la fundadora de Canquerer, empresa que hace terapias asistidas con perros
Bea Gómez, educadora social y canina, es la fundadora de Canquerer, empresa que hace terapias asistidas con perros Marcos Míguez

Los expertos señalan los beneficios que proporcionan a la salud mental

14 nov 2022 . Actualizado a las 16:34 h.

Desde el año 2020, aproximadamente, han aumentado las familias de la provincia de A Coruña que han adoptado o adquirido algún animal de compañía como consecuencia directa de la pandemia de coronavirus, siguiendo la tendencia estatal.

Tiendas especializadas, tanatorios-crematorios para mascotas, spas, hoteles, parques y áreas recreativas, peluquerías, centros de terapia... Son muchos los negocios que han ido creciendo alrededor de las mascotas, y especialmente de los perros. En toda la geografía de la provincia se encuentran numerosos criaderos de perros de raza que han aparecido en las últimas décadas, y en concreto en los últimos años. Chocan intereses como el ecologismo frente a la superpoblación animal, la adopción frente al engorde de la industria de reproducción canina.

Numerosos estudios arrojan luz sobre el apego de los humanos con los animales, especialmente con el mejor amigo del ser humano. Bea Gómez, educadora social y canina, dice que «está demostrado que la interacción con animales en general ayuda a regular el cortisol, una hormona relacionada con el estrés. También disminuye la presión arterial, y se ha descubierto que el contacto con los animales reduce la soledad, aumenta la autoestima y el estado de ánimo».

Bienestar animal

Las personas cada vez están más sensibilizadas con la protección de los animales. Por ese motivo, aumenta la gente que decide adoptar como alternativa a la compra. Bea Gómez es fundadora de Canquerer, empresa que hace terapias asistidas con perros. Además, trabaja en el Centro Canino Cococán, en Oleiros. Considera que «hubo un cambio de perspectiva en los últimos años con respecto a los animales. Las mascotas tienen otra importancia y se les considera miembros de la familia, se ve un gran aumento en el número de perros».

No solo hay un incremento en su número, sino una mejora de su calidad de vida. «Los dueños se preocupan por llevarlos a educadores, a centros veterinarios, les enseñan disciplina...», explica Gómez. Sobre su labor, explica: «Trabajo en residencias de Ferrol y A Coruña, centros ocupacionales de Betanzos, colegios de toda la provincia y mi trabajo consiste en hacer terapias. No sustituye una terapia normal, pero ayuda. Las personas encuentran en los perros una motivación que con un profesional no. Trabajamos con personas a las que les gusten los animales, porque de lo contrario no tendrá beneficios para la salud mental».

La convivencia con los perros en el entorno urbano: todavía una materia pendiente

Para la tenencia de animales potencialmente peligrosos es necesario cubrir un registro y pagar tasas al ayuntamiento en cuestión. Así lo dictamina una ley de hace veinte años, cuyo objetivo principal es el de garantizar, además del bienestar de los animales, la seguridad de todos los ciudadanos. Gracias a ella, consta como un deber de las Administraciones locales asistir a animales vagabundos, así como una obligación de los dueños proteger la seguridad y la tranquilidad de las personas. La mayoría de los ayuntamientos tienen áreas específicas de bienestar animal, como es el caso del Concello de Santiago, donde abrieron el refugio de animales más extenso de Galicia: el Refuxio de Bando, una entidad gestionada por la Fundación Refuxio de Animais, a su vez perteneciente a la Concellería de Deportes e Benestar Animal.

El urbano no es el entorno más propicio para la vida de los perros, sobre todo los de ciertos tamaños, pero con el tiempo, la arquitectura y el urbanismo, así como la sociedad, han ido adaptándose para compartir espacios. Aunque la mayoría de los ciudadanos están acostumbrados a convivir con animales de compañía por las calles, así como ha aumentado la conciencia animalista y la preocupación por el bienestar de todas las especies, estos generan desechos que los dueños tienen que prever y recoger.