Desde Canido al infinito: Adiós a Ricardo Agulló, uno de los impulsores de las Casas de la Banca

FERROL

CEDIDA

Falleció este jueves a los 90 años de edad en Ferrol

14 nov 2022 . Actualizado a las 19:48 h.

A la edad de 90 años, perdió la vida, en la tarde de este jueves, Ricardo Agulló Pita, exdirectivo del BBVA en Ferrol y uno de los impulsores de las Casas de la Banca, en Canido. Junto a su familia, de la estirpe de Claudino Pita, impulsor del globo de Betanzos, Agulló recaló en Ferrol con tan solo nueve años. Con el castillo de la Palma como telón de fondo, aprendió a nadar en la ría con una cuerda como único sostén. Una suerte de bautismo, de comunión con su nueva patria. Así descubrió cómo mantenerse a flote, a pesar de las tribulaciones, y, al igual que observó durante sus travesías diarias a la escuela a bordo de la lancha de Mugardos, se inició en el arte de comandar al pasaje más importante de su vida; su familia. El clan Agulló.

Fue en estas calles donde conoció a Gelines; faro y amor de su vida. Y es que Ricardo se labró en Ferrol un futuro personal y laboral que arrancó en la década de los 50, en pleno corazón de la ciudad. En la calle Real, en el edificio que hoy alberga el Bla Bla Café, prestó sus servicios como trabajador del Banco de la Coruña y posteriormente, como jefe comercial del BBVA, Agulló mantendría también una estrecha relación con el tejido empresarial de la comarca.

Racinguismo en las venas

Precisamente, como directivo del entonces Banco de Bilbao, junto a Delfín Fidaldo, gerente del extinto Ferrol Diario, promovió la celebración de la Fiesta del Deporte. Una pasión que le llevaría también, a finales de la década de los 60, a formar parte directiva del Racing de Ferrol, presidido entonces por Ramón Sánchez Dopico, en un momento en el conjunto local se encontraba en Segunda División. Desde el año 1965 Agulló fijó su residencia en el barrio alto de la ciudad. En suelo de Canido, junto a otros trabajadores de la banca, conformó la cooperativa que impulsó la construcción del primer edificio de viviendas en la zona de la Tahona.

Canido, cuartel general

En el barrio crecieron sus seis hijos y, entre las cuatro paredes del ecosistema que entre todos construyeron en Barrié de la Maza, la tripulación fue medrando y convirtiéndose en el eje principal de su hoja de ruta. Porque, más allá de cualquier cargo profesional o consideración de índole pública y social, Ricardo fue siempre, por encima de todo, padre y abuelo. Veranos en Covas, paseos infinitos, lecciones de cálculo y arbitraje sereno ante cualquier disputa marcaron sus días hasta el final. Junto a los suyos Ricardo sopló, el pasado agosto, 90 velas y paradójicamente, a partir de ese momento, su llama comenzó a extinguirse.

«Vais a acabar llorando» era, sin duda, una de sus más míticas y socorridas citas ante cualquier trastada y/o riña tonta en el seno familiar. Así, a última hora de la tarde de este jueves, y coincidiendo con su último aliento, los Agulló lloraron todos a una. Por el dolor de decir adiós al que siempre comandó la nave, por la incertidumbre que genera una nueva etapa en la que repartir galones y, sobre todo, por aquello de no perder las buenas costumbres y darle la razón a él, al de siempre. De su frase siempre certera, de nuestras lágrimas enjugadas brota un pequeño regato. Nace en Canido y desemboca en el infinito. Ya puedes volver a nadar. Los Agulló sujetamos la cuerda y las piernas ya no flaquean. Te queremos.