Trabajadoras de Galiña Azul claman por su futuro laboral con un corte de tráfico en Esteiro

Beatriz Antón FERROL / LA VOZ

FERROL

Trabajadoras de las guarderías Galiña Azul realizaron un corte de tráfico en Esteiro.
Trabajadoras de las guarderías Galiña Azul realizaron un corte de tráfico en Esteiro. JOSE PARDO

Junto a empleadas de otros centros del Consorcio, exigen que se valore su experiencia en el proceso para consolidar sus plazas

04 oct 2022 . Actualizado a las 22:19 h.

Las trabajadoras de las escuelas infantiles Galiña Azul y de los centros de día de mayores supervisados por el Consorcio Galego de Servizos de Igualdade e Benestar están en pie de guerra desde hace ya varias semanas para defender su futuro laboral. En septiembre iniciaron una huelga de 15 días al mes que está previsto que continúe hasta finales de año. Y, además, el colectivo está llevando a cabo protestas por toda Galicia. Ayer le tocó el turno a Ferrol, donde un grupo de trabajadoras salió a la calle a primera hora de la mañana para manifestarse con megafonía y pancartas en la avenida de Esteiro, donde cortaron el tráfico durante más de una hora.

Ledicia Castro, una de las trabajadoras, explicó que sus reivindicaciones están relacionadas con el concurso de méritos que se ha abierto para consolidar las plazas que ocupan. En este sentido, recordó que el 90% del personal del Consorcio tiene contratos temporales desde el año 2017 y «el 95% somos mujeres». El colectivo aplaude por tanto que se haya abierto un proceso para poder pasar de un contrato temporal a otro fijo, con mayor estabilidad, pero no están de acuerdo con uno de los criterios que rige el concurso de méritos. En ese sentido, Ledicia Castro explica que el tiempo que llevan trabajando las empleadas del Consorcio se puntúa igual que el de cualquier otro trabajador de la administración autonómica que quiera acceder al puesto.

«Es algo que rechazamos por completo porque entendemos que no se valora a nuestra experiencia, algo que sí ocurre en los concursos de méritos de otras administraciones, como concellos, diputaciones o Sergas», anota. Además, advierte que ese criterio podría traducirse en el despido de muchas de las empleadas que actualmente desempeñan el trabajo, «lo que no solo las perjudicaría a ellas, sino también al propio servicio, porque se perdería el valor de su experiencia y se romperían los equipos de trabajo ya consolidados».