Instaladas en el barrio de Canido de Ferrol dos jaulas para capturar jabalíes

FERROL

Cedido

El estudio elaborado estima en una veintena el número de ejemplares existente

15 sep 2022 . Actualizado a las 09:38 h.

Ferrol estrena la temporada de captura de jabalíes. Las jaulas anunciadas ya están sobre el terreno y su población objetivo son la veintena de ejemplares que se cree que se encuentran asentados de forma estable en Canido, zona cero de sus expediciones por el ámbito urbano del municipio. Son dos trampas y están instaladas en ese barrio, aunque el Concello no ha querido revelar su ubicación exacta por razones de seguridad. No formaba parte del día de la comisión de ayer, pero la concejala de Medio Ambiente, Ana Lamas, confirmaba a instancias de la oposición dentro del apartado de ruegos y preguntas que los dispositivos ya se encuentran operativos, pero que los técnicos habían advertido que no se podía informar de su localización concreta para prevenir posibles incidentes y evitar que los vecinos se acerquen a ellas.

Las jaulas se encuentran operativas desde la pasada semana, pero hasta ayer no habían dado resultado. Tampoco se esperaban, ya que los cerdos salvajes precisan acostumbrarse a su presencia durante un tiempo antes de que resulten efectivas. Una es de mayor tamaño, para capturar piaras, y la otra, de menores dimensiones, está destinada a atrapar ejemplares solitarios. Maíz, frutas y hortalizas se depositan en el interior y funcionan como cebo para intentar atraer a los ejemplares hasta estas trampas. Después se revisan periódicamente.

Sacrificio de ejemplares

Los animales de otras especies serán liberados de forma inmediata, mientras que los jabalíes que sean capturados la Xunta obliga a que sean sacrificados por un veterinario. Ana Lamas explicó en comisión que el Concello tiene la obligación de cumplir este protocolo por exigencia de la Administración autonómica, pero mostró su «total desacuerdo» y defendió que «bajo nuestro de punto de vista, la Xunta debería estudiar alternativas al sacrificio de los animales». Los restos serán precintados con un distintivo identificativo proporcionado por la Consellería de Medio Ambiente y serán gestionados por una empresa autorizada.

La localización en Canido se determinó como la más idónea tras el estudio realizado dentro del contrato que el Concello suscribió con la empresa Locus Avis por casi 15.000 euros para instalar estas jaulas. Ese trabajo de campo estimó la presencia de una veintena de jabalíes en el ámbito urbano de Ferrol, asentados en Canido y que considera que lo ejemplares que se ven en otros barrios son los mismos, que se desplazan desde el lugar donde tienen su base.

El Ayuntamiento decidió tomar medidas después de la sucesión de varios incidentes y numerosos destrozos causados por los jabalíes, por motivos de seguridad y para evitar «prexuízos para a saúde e a seguridade das persoas», según hizo constar la concejala en el último escrito enviado a la Xunta para reiterar la solicitud de autorización de las jaulas, solicitada a principios de julio, pero que no llegó hasta el 30 de agosto. Lamas reprocha a la Xunta que no asuma las competencias que le corresponden en materia de control de especies cinegéticas. «Los jabalíes están llegando a donde no tenían que llegar porque la Xunta carece de una política de gestión medioambiental», recriminó. «Y si no hay una política medioambiental por parte de la Xunta para evitar que los jabalíes se internen en las zonas urbanas —advirtió— el trabajo que estamos haciendo va a servir de poco». Además, reprochó que el Gobierno autonómico «se lava las manos y son los concellos los que, por responsabilidad, están asumiendo tareas que no son de su competencia», incide.

Una vez iniciado el período de trampeo, todavía no se sabe cuánto tiempo se dejarán las jaulas, aunque el límite del servicio establecido es de doce meses. Y se prevé que permanezcan en los mismos lugares que en la actualidad, los autorizados oficialmente por la Xunta. Los jabalíes siguen realizando sus incursiones adentrándose hasta el centro y paseando por aceras y calles. Su acción no se limita a hozar zonas ajardinadas, sino que también rompen elementos de riego y hay vecinos que les atribuyen que hayan aparecido baldosas levantadas que estaban rotas en la calle Alonso López.