«Galicia e Irlanda son tierras mágicas en las que sientes la cercanía de la eternidad»

Ramón Loureiro Calvo
RAMÓN LOUREIRO FERROL / LA VOZ

FERROL

Ramón Loureiro

Reivindica la importancia del legado celta en las raíces de la cultura hispana

16 may 2022 . Actualizado a las 05:00 h.

Ramón Sainero nació en Madrid en 1944, en el seno de una familia con raíces zamoranas. Pero su corazón —como él mismo confiesa— también tiene mucho de irlandés (es uno de los mayores expertos europeos en la literatura medieval en lengua gaélica), y a la vez de gallego. Porque en Galicia, en Ortigueira, reside varios meses al año. Unos meses en los que, sin duda, no le pasa desapercibido que al otro lado del mar —¿y qué es el mar, sino un camino, sobre todo en lo atañe a la literatura, y mayormente por la parte del corazón...?— está su querida Irlanda, a la que tan unido sigue estando, y donde también ejerció la docencia universitaria. Su último libro es La literatura celta en España, que ha visto la luz de la mano de la editorial Sanz y Torres.

—A usted siempre se lo imagina uno rodeado de libros desde niño. Soñando con pergaminos. Pero hay una parte de su biografía que siempre me ha sorprendido: su relación con el deporte de alta competición. Porque usted llegó a ser, en su juventud, patinador profesional...

—¡Y tanto que lo he sido...! Sexto en un campeonato mundial de patinaje sobre hielo. Y después primer director de la pista de hielo del Real Madrid. Todavía patino [ríe Sainero].

—¿Qué hermana a Galicia e Irlanda?

—Galicia e Irlanda son tierras mágicas en las que sientes la cercanía de la eternidad. Pero sobre todo las hermana la historia: desde Galicia ya se navegaba hacia Irlanda en la antigüedad, como el ADN confirma y como nunca me cansaré de repetir.

«El idioma gaélico sigue perdiendo hablantes, pero siempre será una lengua de cultura»

«El sustrato celta —dice Ramón Sainero— continúa estando muy presente en Galicia». «Y es fundamental para comprender la cultura gallega en todos los ámbitos —añade—, incluido por supuesto el literario. Por citar un ejemplo, en las cantigas de amor y de amigo está muy clara la influencia de las literaturas celtas primitivas, aunque eso no siempre se haya querido ver así».

—¿Cuánto habló en gaélico por última vez?

—Pues la verdad es que ya hace varios años que no lo hablo. Pero es un idioma que tengo presente todos los días. Hasta el extremo de que a veces estoy trabajando ante el ordenador y, casi sin darme cuenta, tomo en gaélico alguna nota.

—Un idioma que sigue perdiendo hablantes, por desgracia.

—Así es. Probablemente en estos momentos ya no lo utiliza de forma habitual ni el dos por ciento de la población total de Irlanda. La gente lo conoce, porque se estudia, pero no se usa habitualmente. Así que es necesario reconocer la evidencia, que el idioma gaélico irlandés sigue perdiendo hablantes. Pero también es necesario recordar que siempre será una lengua de cultura, y que sin él no podríamos interpretar los maravillosos pergaminos medievales que nos legaron los monjes irlandeses. Es un idioma bellísimo. Una lengua cuya musicalidad me recuerda, mucho, por cierto, a la de la lengua gallega. Cosa que desde Galicia también me hace pensar en Irlanda.