Una tienda como la suya «no soporta seis meses parado», incide. «La rueda te come: los stocks de mercancía, las programaciones de compra no te funcionan», aduce. Además, sostiene que Ferrol no está preparado para su peatonalización. «En todas las ciudades peatonales hay un sistema de metro. En Ferrol no funciona ni el autobús», lamenta.
El Cafetín de Amor
Amor Pérez: «Quiero creer que va a ser para mejor, pero me da miedo»
Una gran parte de los sufridores de estas obras serán los placeros del mercado de A Magdalena. Y entre ellos, Amor Pérez, hostelera que regenta allí el cafetín que lleva su nombre. «Al principio vamos a sufrir todos un poco y después, dependerá del futuro, esperemos que bien», señala intentando pensar «en positivo». Personalmente, dice, «quiero creer que va a ser para mejor, pero me da miedo porque los ferrolanos están muy acostumbrados al coche», señala, en referencia a las plazas de aparcamiento que se suprimirán. Y sobre la repercusión de las obras, cree que, al menos al principio, «la gente dejará de venir porque lo que van a hacer es cortar accesos». Defiende que «tendrían que haber pensado en ofrecer soluciones antes de empezar la obra», como «habilitar aparcamientos». Y considera que la opción del párking subterráneo no es suficiente. «No tiene ascensor, la gente sube y baja por la rampa con carritos de bebés». Y recuerda que «hoy por hoy» el acceso al mercado «ya es un poco malo».