Las F-110 ocuparán a 600 trabajadores antes de que finalice este año

Beatriz García Couce
Beatriz Couce FERROL

FERROL

JOSE PARDO

Navantia espera culminar el 2022 con la tramitación del taller de bloques lista para activar después su construcción

06 may 2022 . Actualizado a las 21:59 h.

Un mes después de que Navantia Ferrol llevase a cabo la ceremonia del cortado de la primera plancha de acero para la fragata inaugural de la serie F-110, las tareas de construcción del buque emplean a alrededor de cien trabajadores, entre directos y auxiliares del astillero. No obstante, finalizará el año habiendo multiplicado por seis su impacto sobre el empleo, según explicó ayer el delegado del Gobierno en Galicia, José Miñones, después de realizar una visita a la factoría, acompañado por la subdelegada, María Rivas, el alcalde ferrolano, Ángel Mato, y el director de la planta, Eduardo Dobarro. «A lo largo de este año pasaremos de 100 a 600 trabajadores y eso es algo que ya vemos en la comarca, que es una de las zonas en las que más ha descendido el paro», afirmó Miñones.

Además de abundar en la idea de que el contrato implicó pulsar el botón de «reiniciar Ferrol», afirmó que ya se han consumido 78.000 horas de trabajo y se han procesado 100.000 kilos de acero. Para mejorar la cualificación del personal que trabajará en la fabricación de los buques, la empresa pública invertirá tres millones de euros, que servirán para financiar 52.000 horas de formación. José Miñones afirmó que el contrato de fabricación de las fragatas conseguirán que «los 1.300 empleos directos del astillero y 2.000 de las auxiliares sigan teniendo continuidad», aunque remachó que se trata de un encargo histórico que generará ocupación en la próxima década para 9.000 personas.

El regidor ferrolano también insistió en la repercusión que tendrá este pedido durante la próxima década en la factoría. «Hemos podido comprobar la cantidad de industria que arrastra y la tecnología que está presente en el proyecto», un contrato que confía en que mejore el posicionamiento de Navantia en el mercado internacional, en el que se pueda vender este modelo de buque. 

JOSE PARDO

Nueva infraestructura

Después de analizar el avance del programa, se dirigieron a la campa anexa a las gradas de la antigua Bazán, en donde Navantia va a construir un macrotaller de bloques, que ocupará 90 metros de ancho y medio kilómetro de largo. Eduardo Dobarro calificó de «último grito en tecnología» la fábrica de bloques, cuya actividad comenzará con la entrada de las chapas y finalizará, tras aplicar tecnologías de robotización y digitalización, con los bloques pintados y completamente terminados. Las previsiones que maneja la empresa que preside Ricardo Domínguez son las de culminar toda la tramitación de este proyecto a lo largo del presente año, para comenzar después con la construcción de esas instalaciones. Navantia ya tiene en marcha la licitación de esta inversión, presupuestada en cien millones de euros. 

Pieza fundamental

Esta factoría es una de las piezas sobre las que descansa la transformación de la planta local hacia un modelo de Astillero 4.0. Con su entrada en funcionamiento se persigue hacer más competitiva la producción, que se hará en menos tiempo, por lo que se recortarán también los costes. El delegado del Gobierno insistió en que la inversión para este proyecto «ya es una realidad» porque está recogida en los Presupuestos Generales del Estado de este año y añadió que es el proyecto de mayor importe que ha realizado un astillero en el país hasta el momento. «En los últimos 40 o 50 años no ha habido una inversión de esta relevancia», añadió Dobarro.

Miñones apunta a posibles opciones de financiación del dique seco ligadas al PERTE del naval 

El delegado del Gobierno en Galicia incidió en la importancia que tendrá el Proyecto Estratégico para la Recuperación y Transformación Económica (PERTE) del naval, al que se destinarán 310 millones de fondos públicos, y que movilizará hasta 1.300, contando la iniciativa privada.

Consultado sobre si este programa podría amparar la construcción del dique seco que se demanda para la factoría ferrolana, José Miñones afirmó que los PERTE no amparan nuevas construcciones, aunque dejó la puerta abierta para que, indirectamente, pueda facilitar la ejecución de esa infraestructura. «Vamos a ver si en las líneas de digitalización puede entrar la fábrica de bloques, lo que permitiría usar esos fondos de los Presupuestos Generales del Estado para otras actuaciones. Estudiaremos la ventana que se abre», anunció el delegado del Gobierno.