«También hay gente que viene a descubrir títulos relacionados con la comarca y que saben que solo podrán descubrir en estas librerías», apuntaba María, una de las visitantes a los puestos de libros por los que se paseó el viernes y también la mañana del domingo, justo cuando se registró uno de los picos de más afluencia de gente de todas las edades. El hecho de que dos de los espacios estuviesen centrados en cómics y literatura juvenil atrajo a muchos lectores que no llegaban a los veinte años.