Defensa bautiza como Soldado Lois una calle frente a Capitanía tras suprimirla del Arsenal Militar de Ferrol

FERROL

La nueva calle Soldado Lois es de acceso restringido a personal de la Armada y se sitúa entre el palacio de Capitanía y los jardines de Herrera
La nueva calle Soldado Lois es de acceso restringido a personal de la Armada y se sitúa entre el palacio de Capitanía y los jardines de Herrera JOSE PARDO

Polémica por las iniciativas para borrar la huella del franquismo en la ciudad

22 abr 2022 . Actualizado a las 11:26 h.

Fue el Ministerio de Defensa el que el pasado 18 de marzo renombró oficialmente el callejero del Arsenal de Ferrol. La demanda se remontaba a muchos años atrás, enarbolada por colectivos y formaciones políticas de la izquierda que defendían la aplicación de la ley de memoria histórica y que se suprimiesen las denominaciones otorgadas durante el franquismo en el recinto militar. Entre esos nueve nombres figuraba el de Soldado Lois, en recuerdo a Manuel Lois García, natural de Ordes, que en 1937, infante de Marina que estando destinado en el crucero Baleares, se prestó voluntario para arrojar al mar con sus propias manos un proyectil que se había incendiado. Al hacerlo salvó a sus compañeros, pero sufrió heridas que le costaron la vida la noche siguiente. Su gesta, en plena Guerra Civil y a bordo de uno de los buques insignia del bando sublevado, le valió su inmediato reconocimiento, que la Armada mantuvo en la democracia.

Su nombre forma parte del listado que distintos colectivos querían borrar de espacios de la ciudad. Lo hizo Defensa hace un mes en el Arsenal, tras la petición realizada por el colectivo de presos políticos de Ferrol en la dictadura, en una propuesta conjunta para suprimir otros nombres como Crucero Baleares, Almirante Fernández Martín, Almirante Vierna, González-Llanos, Salvador Moreno, Marqués de Alborán, Cándido Pérez y Almirante Honorio Cornejo. No hizo ninguna alusión a la memoria histórica, sino que justificó su decisión en «optimizar la eficiencia» del Arsenal y «una mejor identificación» de las instalaciones, con nombres de «héroes y buques que han destacado a lo largo de la historia de la Armada Española». Así, una plaza y ocho calles se renombraron como Jorge Juan, Juan Sebastián de Elcano, Ana de Sotomayor, Nao Santa María, Nao Victoria, Galera La Loba, Galeón Santiago de Oliste, Corbeta Atrevida y Fragata Acorazada Numancia.

La calle Soldado Lois desapareció, pero el ministerio la ha rescatado. El Boletín Oficial de la Defensa publicó ayer esa denominación para la vía existente entre el palacio de Capitanía y los jardines de Herrera. La disposición, firmada por la ministra, Margarita Robles, glosa el «acto heroico» de Manuel Lois, evitando cualquier alusión al bando por el que luchaba y el buque en el que estaba embarcado. Y recoge que «procede» dar ese nombre al «héroe» del Cuerpo de Infantería de Marina, «cuyo lema ‘valientes por tierra y por mar', tan fielmente supo encarnar».

Esta decisión coincide con la polémica suscitada en la ciudad por la aprobación en pleno de una moción presentada por el colectivo de presos de la dictadura, que tras la decisión de Defensa sobre el callejero del Arsenal, pedía en consecuencia que el Concello siguiera sus pasos, eliminando distinciones y símbolos relacionados con los nombres borrados. Entre ellos, la estatua dedicada a José María González-Llanos en Esteiro. Recibió el apoyo del grupo de gobierno que, sin embargo, ya ha confirmado que no lo cumplirá. «En muchas ocasiones se han cometido errores con personas que porque hayan tenido una responsabilidad en el período predemocrático no significa que hayan cometido abusos por tener esos cargos. Y esto fue lo que pasó con González-Llanos. Cometimos un error», justificaba el alcalde, Ángel Mato.

De los escudos de Aduanas y el Sánchez Aguilera a la escultura de Alonso Vega

Ferrol cuenta todavía con medio centenar de vestigios franquistas. El recuento es del colectivo de presos de la dictadura, que incluye distinciones otorgadas por el Ayuntamiento, así como esculturas, placas y escudos y nombres de calles. Sobre algunas no existe consenso sobre si constituyen o no simbología franquista —piden por ejemplo la retirada del busto del rey Juan Carlos de la fachada del Concello—, pero hay muchos otros sobre los que no existe discusión. Entre ellos, los dos escudos preconstitucionales que muestra el edificio de Aduanas o el que preside el frontón del cuartel Sánchez Aguilera. Una placa en la que fue su casa natal (María, 136) recuerda al dictador Francisco Franco como «caudillo de España y generalísimo de los ejércitos». Otra, menos conocida, en la plaza de España muestra el agradecimiento de la ciudad a Franco por la urbanización de ese espacio, en 1953. Y en el cementerio municipal de Catabois se encuentra la tumba familiar.

En el recinto exterior del hospital Juan Cardona se encuentra una escultura que recuerda al ministro franquista Camilo Alonso Vega, al que define como «soldado heroico» y «gobernante ejemplar». Y en la iglesia de San Francisco se conserva una cruz dedicada a los «Caídos por Dios y por España». La que había en la plaza de Amboage se retiró en 2010, en aplicación de la ley de memoria histórica, a la que se acogió también el Concello en el 2018 para eliminar los retratos de los regidores de la época franquista de la sala de alcaldes.