Mirando atrás, Martínez Baracheta se siente agradecida por haber podido disfrutar de un trabajo tan «bonito» y «vocacional», rodeada siempre de compañeros «estupendos». Y asegura que, tras haber abandonado el quirófano, aprovechará la jubilación para recuperar su pasión por los pinceles y tricotar jerséis de punto para su nieto Bruno.