«He tenido catarros y gripes mucho peores que este virus»

b. antón FERROL / LA VOZ

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Carlos Pena, retratado a las puertas de la residencia Mi Casa de Ferrol
Carlos Pena, retratado a las puertas de la residencia Mi Casa de Ferrol CESAR TOIMIL

Carlos González, de 82 años y uno de los los 49 mayores contagiados en el brote de covid de Mi Casa, está seguro de que si no lo pasó peor fue «gracias a las vacunas»

03 feb 2022 . Actualizado a las 22:14 h.

La Xunta daba cuenta el pasado miércoles de 38 contagios en las residencias de mayores de la comarca, pero ninguno de ellos corresponde al centro Mi Casa de Ferrol. Tras haber superado un brote que afectó a 49 mayores, la residencia que comanda Mensajeros de la Paz en la calle de A Coruña se encuentra ya libre del virus. Y los residentes que resultaron contagiados por fin pueden volver a hacer vida social, recibir visitas y salir a la calle. Entre ellos se encuentra Carlos González Pena (As Somozas, 1939), un electricista jubilado de 82 años que, como la mayoría de los residentes infectados, solo presentó síntomas leves tras dar positivo. «¿Que cómo lo pasé? Pues la verdad es que casi ni me enteré. Tuve algo de tos y flemas, pero a lo largo de mi vida he tenido bastantes catarros y gripes mucho peores que este virus», comenta a la puerta de la residencia junto a una placa que recuerda a las víctimas de la pandemia y agradece el esfuerzo del personal que atiende a los mayores. «Por favor, si puede ser hacedme la foto junto a ella», reclama cuando llega el momento de posar ante la cámara.

Aunque el virus lo obligó a estar encerrado en su habitación durante dos semanas —tan solo salía para las comidas en un comedor habilitado para los positivos—, Carlos guarda un recuerdo mucho peor del anterior brote de Mi Casa, detectado en enero del año 2021. «Aquella vez no me infecté, pero el aislamiento fue mucho más largo y se me hizo bastante más duro», rememora. Y es que por aquel entonces los mayores de Mi Casa solo tenían puesta una dosis de la vacuna (habían recibido el primer pinchazo apenas dos días antes) y el riesgo era mucho mayor.

«Fuesen positivos o no, todos los residentes se tuvieron que aislar en sus habitaciones en torno a un mes y durante el siguiente solo podían salir al jardín», señala la directora de Mi Casa, Noelia Castro, al tiempo que recuerda que en aquel brote se produjeron bastantes derivaciones al hospital e incluso hubo que lamentar varios fallecimientos.

En este último brote, en cambio, todos los contagiados fueron asintomáticos o solo presentaron síntomas leves. «Yo estoy seguro de que si lo pasé tan leve y no me puse peor fue gracias a las vacunas. Todavía no entiendo cómo hay gente que no se quiere vacunar, porque este claro que este virus mata. Puede que no desaparezca, pero cuanta más gente haya vacunada mejor se podrá controlar la situación y menos muertes habrá», sostiene Carlos.

Aunque nacido en As Somozas, su trabajo lo llevó a residir durante muchos años en San Sebastián y Cataluña. «Pasé mucho tiempo alejado de mi tierra, así que durante las dos semanas que estuve aislado, además de leer y escuchar música, aproveché el tiempo para buscar noticias e informarme más sobre algunas de las grandes noticias de la historia reciente de Ferrol, como el accidente del Discoverer Enterprise o el desastre del Urquiola», cuenta Carlos al preguntarle sobre cómo sobrellevó las dos semanas de confinamiento en su habitación.

Camino de los 83 años y tras haber sobrevivido a un grave accidente de tráfico que lo llevó a la uci cuando tenía 32, asegura que ya no le tiene «miedo a nada», como tampoco sintió temor cuando le dijeron que se había contagiado. «Con la vacuna me sentía protegido», insiste Carlos. Y antes de la despedida, no se olvida de dar las gracias al personal de Mi Casa. «Durante el brote estuvieron pendientes de nosotros en todo momento».