Dice también Darío Autrán que a la hora de poner en marcha un proyecto cinematográfico «la producción siempre es la parte más difícil, porque los apoyos son mínimos». Y asegura que, en contra de lo que sostiene el tópico, las ayudas al cine son mínimas. En especial, al cine independiente.
—Permítame recordarlo de nuevo: al final, usted logró sacar adelante su última película asumiendo, también, la producción. ¿Cómo se consigue eso?
—¿Cómo se consigue eso? ¡Ufffff...! Poco menos que de milagro. Tienes que jugarte todo lo que tienes... y lo que no tienes. Y le aseguro que con lo de uno no llega. Es muy difícil. Yo me alegro de haberlo conseguido con mi nueva película, pero también pienso que las cosas deberían ser de otra manera. El cine independiente es muy importante para la salud de una cultura. No se nos puede abandonar como se nos abandona por parte de las instituciones. Es bastante injusto, todo esto. No quiero señalar a nadie, pero desde las administraciones públicas se nos ha dado la espalda por completo. De hecho, créame si le digo que quienes estamos en el cine independiente no vivimos del cine, sino que buscamos cómo vivir para poder hacer, además, cine. No sé si me entiende...
—Perfectamente.
—Yo amo el cine. Y tengo la suerte de contar a mi alrededor con personas maravillosas que siempre han apoyado mis proyectos. Pero creo que las cosas tendrían que poder discurrir por caminos distintos. De todas formas, creo que al cine le aguarda un gran futuro. A todo el cine, no solo al que es en esencia un espectáculo. También el cine de autor. Hay un público extraordinario, que siempre está ahí, y hay pequeñas salas que hacen posible que nuestras películas se proyecten.