Primer día del pasaporte covid en los restaurantes: «Si se frenan los contagios, bienvenido sea»

Desde este mismo sábado, 27 de  noviembre, todos los mayores de 12 años que quieran disfrutar de mesa y mantel en un restaurante de Galicia deben presentar el llamado pasaporte covid: es decir, certificado de vacunación, recuperación o prueba diagnóstica negativa. Y en los bares también es necesario exhibir el documento desde las nueve de la noche. Además, el número de comensales por mesa se reduce a ocho en interiores y a quince en terrazas.

Es sábado al mediodía y en la calle Pardo Bajo, una de las arterias urbanas con más bares y restaurantes de Ferrol, se pueden encontrar opiniones para todos los gustos sobre la entrada en vigor de esta nueva medida. Mientras un hostelero asegura que acatará la norma, aunque no está de acuerdo con ella y no ve bien que los profesionales del sector tengan que hacer de «porteros» y molestar a los clientes pidiéndoles que exhiban un certificado privado, en la acera de enfrente otro opina totalmente lo contrario. «A mí me parece estupenda esta medida. Que los negacionistas y los que no quieran vacunarse se junten todos y no vengan al bar, así estamos todos más seguros», sentencia.

Mientras, entre la clientela parece reinar el apoyo a la nueva norma. «A mí me parece muy bien, porque el virus sigue ahí y hay que intentar reducir el aumento de los contagios como sea», dice Ana mientras disfruta de unos chipirones junto a sus amigas Chus y María Jesús en el restaurante Casalexo. Las tres acaban de recibir la tercera dosis de la vacuna y consideran que el pinchazo no solo las protege a ellas, sino a todo la población. «Los antivacunas deberían darse cuenta de que esto es una cuestión de solidaridad», apunta María Jesús.

Justo al lado, tras la barra del Caserío Vasco, la camarera Nuria Calvo también se muestra partidaria de la implantación del pasaporte covid en la hostelería. «Tal y como están subiendo ahora los casos, creo que esta medida es muy necesaria y además para la gente que trabajamos en esto tampoco nos supone tanto trabajo ni nos hace perder tanto tiempo. Era mucho peor cuando había que llevar el registro de clientes y coger todos los datos de la gente», comenta. Y Fran, que en ese mismo saborea un vino en la barra junto a un amigo, también expresa su apoyo a la norma. «Si con esta medida se frenan los contagios, bienvenida sea».

Por la noche

Ya por la noche, después de las nueve, la tónica fue muy similar. En espacios donde las últimas semanas se concentraban cenas de más de ocho personas, como el mesón Urimare de Narón o el restaurante El Foro de Ferrol, se dividieron los grupos. «Ya teníamos dos cenas de diez personas organizadas, pero simplemente las hemos acomodado en varias mesas como manda la normativa y todo ha ido sin problema», explicaba Marisol Buceta del local ubicado en la plaza de España de Ferrol. Al igual que en la calle de Pardo Baixo la mayoría de los clientes llevaban su pasaporte preparado, aunque también hubo algún que otro despistado. «Claro que siempre hay personas que dicen que no se enteran, pero lo han podido localizar, por ahora todo sin problema», apuntaba Buceta.

Al mesón Urimare llegaron algunos clientes sin el pasaporte, pero todo se resolvió rápidamente: «Algunos se lo descargaron y otros se fueron a buscarlo a la farmacia o a casa, así que todo sin mayor complicación», explica Suso Varela, responsable de un negocio familiar que ha realizado una importante apuesta por tener unas instalaciones preparadas por si se incrementa las medidas de seguridad a causa de la pandemia. Este hostelero considera que pedir el pasaporte covid no supone ningún problema y solo redunda en la seguridad de los trabajadores del local y de los clientes.  

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