Qué ver en Galicia: Seis lugares por los que vale la pena desviarse del Camino Inglés

FERROL

Mural en Ordes.
Mural en Ordes. PACO RODRÍGUEZ

El verano es la mejor época para hacer la ruta que sale de Ferrol hacia Santiago, ya que el recorrido permite disfrutar de buena parte de la costa de A Coruña

05 ago 2021 . Actualizado a las 15:35 h.

El Camino Inglés está en pleno auge. Ya se ha posicionado como la segunda ruta con más afluencia. Basta con pasar por alguna de las localidades o carreteras que atraviesa para comprobar la cantidad peregrinos ponen rumbo a Santiago desde Ferrol o A Coruña. La ciudad naval es el punto de partida favorito, ya que sus 122 km de distancia con el Obradoiro garantiza obtener la Compostela en tan solo cinco etapas. Si el certificado te da igual y solo tienes tres días libres, cuentas con la alternativa de comenzar en la capital de provincia.

El verano es la mejor época para optar por la ruta inglesa, ya que coge buena parte de la costa norte de Galicia. El clima fresco, la posibilidad de darse un chapuzón en alguna playa y los paisajes de la zona son un buen incentivo. Y es que no todo va a ser andar. A veces vale la pena desviarse del Camino para descubrir lugares fascinantes como estos seis rincones que te proponemos.

Pueblo marinero de Redes

Redes.
Redes. ramón Loureiro

La primera etapa del Camino Inglés parte de Ferrol con destino Pontedeume. Ambas localidades viven ligadas al mar y por su orilla pasa buenta parte de la ruta. Un recorrido entre dos rías que permite disfrutar de la costa gallega con sus paseos marístimos y pequeñas calas. Pero también es un viaje a la Galicia marinera a través de sus puertos.

Redes es uno de los mejores ejemplos. Un pueblo marinero donde la frontera con la ría la marcan los muros de sus casas de colores. Peretence al municipio de Ares y, aunque la ruta xacobea no pasa por esta localidad, vale la pena coger el desvío. Algo debe tener este lugar para que el propio Pedro Almodóvar lo conviertiera en el plató de Julieta.

Cala Hawai, en Pontedeume

Cala Hawai, en Pontedeume.
Cala Hawai, en Pontedeume. ANGEL MANSO

Si Redes es bonito desde dentro, su vista desde el mar potencia su esencia de pueblo pesquero. Pero ya en tierra y al otro lado de la ría, se puede disfrutar de la postal desde un enclave privilegiado: la cala Hawai.

Ubicada en la costa de Potendeume, esta pequeña playa bien podría ser escenario de una película romántica de verano. Su arena fina sembrada de rocas, sus aguas turquesas y el verde de la vegetación que la abraza hacen que no sepas si estás en Galicia o en una isla del Pacífico. Así que, si te desvías un poco de las flechas amarillas, la segunda etapa del Camino hace escala en Hawai.

Parque do Pasatempo, en Betanzos

Parque do Pasatempo, en Betanzos.
Parque do Pasatempo, en Betanzos. cesar delgado

La ruta inglesa permite también moverse en el tiempo. Es lo que sucede en Betanzos, final de la segunda etapa y principio de la tercera. La villa medieval que llegó a ser capital de pronvincia del Reino de Galicia guarda siglos de historia en sus calles y monumentos. Incluso fuera del casco antiguo atesora un lugar donde ese viaje en el tiempo se hace también en el espacio: el parque eniclopédico de O Pasatempo.

Este espacio fue ideado por Juan García Naveira, un filántropo de la localidad que hizo fortuna en Argentina a finales del siglo XIX. Su intención era mostrar hechos históricos y lugares de todo el mundo a través de una especie de parque temático de la época. Aunque hoy solo se conserva una parte, vale la pena pasear por sus jardines, adentrarse en sus cuevas o admirar sus estatuas, estanques y relieves.

Iglesia de Santa María de Cambre

Iglesia de Santa María de Cambre.
Iglesia de Santa María de Cambre. M. MARRAS

El itinerario de que parte de A Coruña también cuenta con lugares por los que vale la pena alejarse un poco del Camino. Solo tiene una etapa antes de unirse en Bruma con la ruta que viene Ferrol. Pero eso no le resta importancia, ya que este recorrido cuenta con el valor histórico de estar ligado a los Templarios.

La orden medieval tenía sus dominios en el actual municipio de Cambre, una de las localidades por las que pasa la etapa. Allí se encuentra la iglesia de Santa María de Cambre. Un bien patrimonial de etilo románico que data del siglo XII. Aunque no se encuentra dentro de la ruta, ir a verla es una forma de conocer el núcleo de la localidad.

Murales de Ordes

No todo el patrimonio del Camino pertenece a épocas lejanas. Ordes, uno de los municipios por donde pasa la cuarta etapa, es un museo de arte urbano al aire libre. La inciativa DesOrdes fomenta cada año la elaboración de murales y grafitis con el objetivo de recuperar y embellecer espacios urbanos.

Hacer un alto en el Camino y callejear por el núcleo de la localidad permite ver más de setenta obras de todos los estilos y temas. Grafitis tradicionales, pinturas que parecen salir de la pared, murales con mesaje, odas a la cultura local... Este «museo» tesora además un hito del muralismo gallego. Ni más ni menos que la primera «superabuela» creada por Yoseba MP. Todo un símbolo de unión del arte urbano con el mundo rural de Galicia. La de Ordes es un homenaje a las mujeres que veden grelos en la N-550.

Illa do Refuxio de Sigüeiro

O Refuxio, isla del río Tambre situada en el municipio de Sigüeiro.
O Refuxio, isla del río Tambre situada en el municipio de Sigüeiro. MANUEL CALVO

Llega la última etapa del Camino Inglés. Si te has desviado varias veces del itinerario de las flechas amarillas, quizá sea el momento de hacer un descanso en algún paraje natural. El río Tambre, a su paso por Sigüeiro, ofrece a los peregrinos la posibilidad de refrescarse en una isla. O Refuxio, con su playa fluvial rodeada del verde de la vegetación, es el enclave ideal para tomarse un respiro antes de llegar a Santiago.