¿Quién teme a la desescalada de las mascarillas en el área?

Bea Abelairas
Bea abelairas FERROL

FERROL

I VALERIO

La medida supone un alivio para muchas personas, pero otros muchos vecinos de la comarca la ven con reparos

25 jun 2021 . Actualizado a las 05:00 h.

En Ferrol y en la comarca no todo el mundo respirará tranquilo mañana, cuando puedan liberar su cara de la mascarilla. Hay personas que temen el momento incluso a pesar de estar vacunadas, porque creen que es una medida peligrosa aún. Una de ellas es Esperanza Díaz, directora del colegio Juan de Lángara, donde han podido contener el virus y solo han tenido un caso: «La veo un poco precipitada, creo que sería mejor esperar un poco más sobre todo hasta que estuviesen vacunados los de veinte años para arriba, ya que suelen ser los de mayor vida social», asegura para anunciar que ella la usará «casi como hasta ahora, ya que voy mucho a pasear por la naturaleza y en el trabajo hay que seguir igual, desde luego en Ferrol ciudad creo que seguiré con ella puesta».

Esther Guimaré es profesora en el IES Ferrol Vello y seguirá usando casi las mismas precauciones hasta ahora, a pesar de que ya no estará tan cerca del grupo de edad que no está vacunado, sus alumnos: «Personalmente seguiré usando la mascarilla en la mayoría de los espacios abiertos a menos que pueda mantener una distancia clara, por ejemplo, paseando a los perros por el campo, pero sí la seguiré usando por el centro de Ferrol mientras el calor no la convierta en insoportable».

Elisa Foces trabaja al aire libre desde las 8.30 de la mañana hasta la noche, porque vende cupones de la Once en el barrio de A Magdalena. Para ella nada va a cambiar el sábado: «Yo todo el rato con mi mascarilla, no me la voy a quitar para nada», asegura una vendedora de 47 años que tiene la primera dosis de la vacuna y con una hermana médico en la India. «Hay que seguir siendo responsables, hay que cumplir las normas», resalta y recuerda que lleva desde el 2006 repartiendo premios en Ferrol.

Honorato Martínez
Honorato Martínez CESAR TOIMIL

Para Honorato Martínez la desescalada de la mascarilla es casi una tragedia, ya que él lleva desde el inicio de la pandemia, mucho antes de que el cubrebocas fuese obligatorio, haciendo campaña para que todo el mundo lo usase. Sus negocios y todos los espacios a los que puede acceder están empapelados de las guías que elabora para concienciar en la lucha contra el virus: «Es una medida temeraria, el virus muta, ya lo ha hecho miles de veces y ahora va a ir a por las personas que no están vacunadas, es decir, los niños y los jóvenes», alerta un vecino del centro que también es farmacéutico, además de coleccionista.