«El deporte me dio fuerza y me ayudó a sobrellevar el cáncer de mama»

beatriz antón FERROL / LA VOZ

FERROL

CESAR TOIMIL

Tras extirparle los ganglios y un pecho, Lorena Campos temió no poder lanzarse de nuevo a la piscina, pero ya ha retomado su trabajo como monitora de natación y acaba de renovar su carné de socorrista

14 jun 2021 . Actualizado a las 12:46 h.

Dicen que los malos momentos sirven para descubrir quiénes son los amigos de verdad. «A veces no son tantos como uno cree, pero a mí me sucedió justo lo contrario. Los que ya lo eran siempre estuvieron ahí, apoyándome, pero es que además muchas personas que no me conocían tanto también se volcaron conmigo y a día de hoy ya los considero mis amigos», cuenta Lorena Campos Piñeiro (Narón, 1981), monitora de natación y socorrista en la piscina municipal de A Malata de Ferrol.

Lorena va camino de los 40, y esos «momentos malos» a los que alude llegaron a su vida en julio del 2017, cuando tenía 35, después de notarse un «bultito» debajo de la axila. Tras varias pruebas y muchas consultas, en octubre de ese mismo año llegó el diagnóstico: era cáncer de mama. «Yo ya me lo temía, pero entre julio y octubre no se lo dije a nadie, solo a mi marido y a una amiga, porque mi padre había fallecido tres años antes de cáncer de pulmón y no quería preocupar a mi madre sin necesidad», rememora.

Lorena reconoce que el mundo se le vino encima cuando se lo dijeron. Pero tras el shock, «la nube de lloros» y la angustia inicial, decidió enfrentarse al tratamiento con serenidad, siempre bajo la supervisión de su oncóloga, la doctora Laura de Paz, «que fue un 10». Sesiones de quimioterapia, extirpación de los ganglios, radioterapia, mastectomía... Y entre medias, caída del pelo y muchas dudas e incertidumbre. Lorena cuenta que fueron momentos muy duros, pero en todo ese proceso contó con un aliado que ella considera «fundamental»: el ejercicio físico. Decidió ponerse en manos de un antiguo compañero de trabajo -Carlos Díaz, miembro del Instituto Profesional de Ejercicio Físico y Cáncer (IPEFC)-, y «desde el primer día» notó los efectos positivos de la práctica. «Hay gente que piensa que por tener un cáncer no se puede hacer ejercicio físico, que es mejor descansar y no moverse, pero yo pienso que es al revés. Un entrenamiento adaptado a tu dolencia puede resultar muy beneficioso. A mí el deporte me dio mucha fuerza y me ayudó a sobrellevar el cáncer tanto a nivel físico como mental», relata Lorena.

La monitora cuenta que, durante la quimio, el ejercicio físico dirigido por su entrenador le sirvió para «fortalecer el cuerpo» y combatir el cansancio que suele provocar esta terapia, pero también fue «clave» para no perder movilidad en el brazo tras extirparle los ganglios, pasar por una mastectomía y someterse a una operación para reconstruirle el pecho con tejido de su barriga. «Yo sabía que podría volver a trabajar como monitora de natación, pero temía no poder volver a ser socorrista, porque es un trabajo más exigente. Si alguien está en peligro, tienes que ser rápida y fuerte en la brazada», explica.

Sin embargo, Lorena no solo ha sido capaz de volver a lanzarse a la piscina para seguir enseñando natación, sino que, tras muchas sesiones de entrenamiento, hace pocas semanas también superó las pruebas para renovar su carné de socorrista.

Por eso, no se cansa de recomendar el ejercicio físico para pacientes como ella. Y también «rodearse de la gente adecuada». Cuenta que a ella le ayudó mucho su marido, «que siempre estuvo al pie del cañón», su familia, sus amistades, la psicóloga de la Asociación Española contra el Cánce (AECC)... Y Alejandra, una mujer a la que conoció por Instagram. «Ella también pasó por un cáncer de mama y me ayudó a anticiparme a todo lo que me iba a pasar en cada fase del tratamiento. Todavía hablamos por wasap, pero me encantaría conocerla en persona, porque para mí fue un gran apoyo».