Blanca Vila: «La gente dice que mis dibujos transmiten paz y tranquilidad»

beatriz antón FERROL / LA VOZ

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Blanca Vila, retratada en el estudio de Eduardo Hermida, donde imparte clases de arte y manualidades para niños
Blanca Vila, retratada en el estudio de Eduardo Hermida, donde imparte clases de arte y manualidades para niños JOSE PARDO

Sus ilustraciones personalizadas parecen salidas de un cuento. También diseña carteles, da clases de pintura y sus dibujos sirven de envoltorio para las dulces Maruxas de nata

11 abr 2021 . Actualizado a las 05:00 h.

Blanca Vila Pardo de Donlebún (Ferrol, 1993) nació con un don. Alguien le cuenta una historia -pero no una historia cualquiera, sino la suya propia, única y personal- y ella es capaz de cazarla al vuelo y plasmarla con trazo mágico sobre el papel, como si se tratase de un cuento. Sus «ilustraciones personalizadas», como ella las llama, pueden reflejar el cariño de tres hermanos, la peculiar relación de unos novios o la magia de un momento único en una amistad. Cualquier cosa, lo que cada uno le quiera contar. Pero todas tienen algo en común. Y es que consiguen llegar muy adentro. «Los dibujos de Blanca tiene una carga emocional sensacional», dice de ella el pintor Eduardo Hermida, que fue su primer maestro y en cuyo estudio da ahora clases de arte a niños esta joven ilustradora.

Blanca no es de esas personas de ego descomunal, a las que se les hincha el pecho cuando reciben un halago. Más bien todo lo contrario, porque es muy perfeccionista y siempre encuentra defectos en sus ilustraciones. Pero confirma lo que todos perciben en su obra. «La gente dice que mis dibujos le dan tranquilidad y paz. Para mí es el mejor piropo, pero también me hace mucha gracia, porque hay veces que me estreso muchísimo haciéndolos y me parece curioso que luego transmitan esa paz», comenta sonriente mientras se zampa un bizcocho con un café en una terraza del muelle.

A la izquierda, una de las ilustraciones personalizadas de Blanca (su padre y su perro en moto) y a la derecha uno de sus últimos trabajos
A la izquierda, una de las ilustraciones personalizadas de Blanca (su padre y su perro en moto) y a la derecha uno de sus últimos trabajos Blanca Vila

Blanca tiene solo 27 años y no hace tanto tiempo que finalizó sus estudios de ilustración en la Escuela de Arte y Diseño Pablo Picasso de A Coruña, pero su currículo ya atesora un buen puñado de trabajos «importantes». Y es que esta joven artista no solo triunfa con sus ilustraciones personalizadas. Sus dibujos han servido de envoltorio para vender Maruxas de Nata enlatadas de edición limitada o imprimir personalidad a los productos de merchandising de Las Meninas de Canido. También llevan su firma la portada del cuento infantil Velloucas e Minchas y las ilustraciones de Luis Piedrahita y Ana Peleteiro que adornan los contenedores de la campaña Somos recicladores natos de Ecovidrio. Y además, ahora Blanca también diseña carteles de películas mudas restauradas de Charles Chaplin y Buster Keaton para Penteo Films.

«Todavía me asombra el éxito que tienen mis dibujos», dice con humildad. Parece como si Blanca sufriese el síndrome del impostor, pero nada más lejos de la realidad. «Simplemente soy una persona que tiene claras sus limitaciones, pero también sus habilidades, y aunque soy muy perfeccionista y exigente con mi trabajo, también sé valorar lo que me sale bien. Tengo mi propio criterio y confío en él», dice con seguridad.

Blanca Vila

Sus ojos, de un azul cristalino, casi transparente, transmiten mucha paz. Pero Blanca también se muestra alegre, positiva y llena de energía. Al igual que dos de sus tres hermanas, nació con hipoacusia -una sordera parcial-, pero eso nunca ha supuesto en obstáculo en su vida. «No me vengo abajo con facilidad», admite. Ni siquiera se permitió desfallecer hace nueve años, cuando su madre sufrió un ictus que la llevó a la uci veinte días. «Fue un palo muy gordo, pero somos muchos en casa, tenemos en quien apoyarnos y todos nos involucramos en su recuperación. Ahora lo veo como algo ya pasado. Estamos todos bien. Y ella también. Para mí es mi ejemplo a seguir, porque es una persona súper positiva», dice con orgullo de hija.

Se nota que Blanca adora a sus padres y hermanas, pero no oculta que ya tiene ganas de independizarse. «Mis compañeras de promoción ya empiezan a casarse, tienen hijos... Y yo sigo en casa», comenta. Tiene novio desde hace ya siete años y mirando al futuro se ve viviendo con él, en una casita de campo «a poder ser» y con al menos tres hijos. «Y por supuesto, quiero seguir formándome, poder ofrecer mis productos en cualquier formato, ilustrar libros infantiles o incluso publicar el mío propio», dice con ojos soñadores.

A Blanca, tan sencilla y tan auténtica, no le hacen falta grandes lujos para ser feliz. «Me encanta pasear, irme de excursión por ahí, pasar tiempo con mi pareja, mi perro Chito, la fotografía, la escultura... Y una de las cosas que más me gustan en el mundo es comerme un bocata de tortilla en playa, justo después de darme un baño. Parece una chorrada, pero ahí, en ese momento, soy feliz».

EN CORTO

Referentes. Blanca admira la sencillez  e ironía de Jean Julien y Noemí Rebull (La Mandanga), los colores y personajes de Catalina Vasques y Carabay y también a Roger Olmos, Shaun Tan y Rebeca Dautremer por su belleza y técnica. Entre otros, tambien cita entre sus referentes a David de las Heras y Carla Fuentes y confiesa que le encanta la cerámica de Ana Seixas y las figuras animadas de plastilina de Stefano Colferai. 

Estudios. Cursó Primara, Secundaria y Bachillerato en el Tirso de Molina. Empezó los ciclos de dietética y artes gráficas, pero no le gustaron y por eso decidió hacer ilustración en la Escuela Pablo Picasso.

Trabajo. Da clases de arte y manualidades a niños en el estudio de Eduardo Hermida en Ferrol y también impartó talleres en el Espazo +60 de A Fundación.