¿Sabías cómo fuimos capaces de derrotar a los holandeses en la batalla de Playa Honda?

La voz FERROL / LA VOZ

FERROL

La historia de Playa Honda
La historia de Playa Honda cedida

Una historia del Museo Naval

04 abr 2021 . Actualizado a las 05:00 h.

Corría el 24 de abril del año 1610, en aguas de Filipinas, una improvisada fuerza naval española, tripulada por hombres valerosos y mandada por el gobernador de las islas, don Juan de Silva, derrota a una flota holandesa con una fuerza infinitamente superior.

Los holandeses habían enviado una escuadra de 13 buques fuertemente armados al mando del almirante Pieter W. Verhoeven para hostigar las posesiones portuguesas y españolas en toda la ruta desde el Cabo de Buena Esperanza hasta las Filipinas. Llegaron a aguas del Pacífico con bastantes bajas e incluso, durante la travesía, falleció su almirante. En un primer momento, intentaron desembarcar en la isla de Panay pero fueron rechazados con facilidad. Posteriormente decidieron atacar Manila, a distancia, tras observar que las guarniciones y las defensas del puerto eran más vulnerables. Así, fondearon en la bahía, a una distancia prudencial, y trataron de desembarcar, pero no había manera de ganar a los españoles por tierra.

Levantando el fondeo se desplazaron un poco más al norte de Manila, en la zona de Playa Honda, desde la que decidieron controlar el tráfico comercial de las Filipinas, interceptar todos los barcos que circulaban por aquellas aguas desprotegidas, que era un negocio inmensamente lucrativo para ellos.

El Gobernador de Filipinas, Juan de Silva, que había sido oficial de los tercios de Flandes y era caballero de la Orden de Santiago, disponía de menos de 1.000 hombres, un viejo galeón listo para el desguace y alguna que otra pequeña embarcación sin artillar pero decidió improvisar una solución. Con cierta previsión e inteligencia, se fundieron las campanas de las iglesias, rejas de ventanas y todo el metal que pudieron encontrar para fabricar cerca de 70 cañones. Además de tener un galeón en construcción, fueron capaces de construir un par de galeras en apenas cuatro meses con materiales improvisados. Los navíos fueron construidos en astilleros a 40 leguas de Manila con el máximo secreto posible y los holandeses, entretenidos con sus robos, no se enteraron de nada.

El 21 de abril de 1610, la improvisada flotilla española zarpó al encuentro del enemigo. Al amanecer del día 24 avistaron a parte de la escuadra holandesa, algunos navíos estaban fondeados y otros navegando muy cerca. Juan de Silva se aprestó al combate sin vacilación, decidido a aprovechar el factor sorpresa y la ignorancia del vicealmirante holandés Wittert sobre la capacidad de defensa y ataque de aquella flotilla extraña y temeraria.

Presuponiendo que no habría respuesta de una artillería casi inexistente, la capitana de los holandeses levó anclas y se dirigió al encuentro de los españoles… ¿Resultado?

Los nuevos cañones españoles destrozaron la capitana matando al vicealmirante. Solamente un barco holandés pudo huir de la bahía y cuando regresó el resto de la flota, la batalla ya había terminado.

Con la victoria se recuperó muchísimo material robado en aquellos meses y varios buques que estaban en captura, con la consiguiente liberación de los prisioneros españoles que mantenían a bordo de los mismos.

Bien podemos decir que el ingenio y el arrojo de los españoles habían vencido a Goliat...

Ven al Museo Naval de Ferrol y te contamos más cosas (abierto de martes a viernes, de 9.30 a 13.30 h; sábados, domingos y festivos, de 10.30 a 13.30 h). Más información en la web del museo http://armada.mde.es/museonavalferrol y visitas guiadas en la dirección de correo: museonavalferrol@fn.mde.es