Los hoteles, ante la tercera ola: «Lo único que nos salva es el cliente de empresa»
FERROL

Con el turismo desaparecido, los viajes por trabajo se han convertido en el salvavidas de un sector que mira con pesimismo a la Semana Santa
19 feb 2021 . Actualizado a las 11:27 h.La pandemia está dejando dolorosas cicatrices en el sector hotelero de la ciudad, donde en los últimos meses se ha asistido con preocupación al cierre temporal de algunos de sus más emblemáticos establecimientos por falta de reservas. El Carrís Almirante bajó la persiana el pasado mes de octubre y en noviembre siguieron sus pasos el Real y el Valencia. Sin embargo, otros hoteles se mantienen a flote y con buena parte de su plantilla activa a pesar de los cierres perimetrales y la desaparición del turismo, al que de momento ni se le ve ni se le espera. ¿Cómo sobreviven entonces? Pues, básicamente, gracias al cliente que viaja por motivos de trabajo: desde profesionales que llegan a la comarca por negocios con las industrias de la zona hasta comerciales, obreros o sanitarios. «Lo único que nos salva es el cliente de empresa», confirma Gonzalo Jiménez, director del Gran Hotel de Ferrol, donde la ocupación media en enero fue de un 40% y en lo que va de febrero ronda un 35%.
También en el Alda Suizo esperan despedir este mes con un 35% de ocupación, mientras que las expectativas en el Sercotel Odeón son más optimistas. «Febrero está por ver, pero las expectativas son buenas y enero ha mejorado con respecto a diciembre y cerramos el mes con un 52%», comenta la directora, Bibiana Reyes. «Al no ser esta zona un destino exclusivamente turístico estamos trabajando bien y eso nos está permitiendo mantener puestos de trabajo y cumplir objetivos», añade la responsable del cuatro estrellas de A Gándara, donde solo el personal del spa se encuentra en ERTE. Eso sí, aunque los viajes por trabajo les están ayudando a capear el temporal, Reyes reconoce que ahora las estancias son más cortas, probablemente «por minimizar riesgos».
Pero casi nadie se muestra tan positiva como ella. Desde el Hotel Silva del Ensanche aseguran que la ocupación ha caído en picado. Y la misma sensación de desánimo transmiten desde el América de Ultramar. «Ayer tuve seis habitaciones ocupadas de un total de 28. Si sobrevivimos es gracias a que somos un hotel familiar, sin empleados ni deudas con el banco», expone el responsable, Julio Piñón.
Los fines de semana, vacíos
En lo que sí coinciden todos los establecimientos consultados es en la desaparición del huésped de fin de semana en esta tercera ola de la pandemia. Aunque desde el Sercotel Odeón aseguran que los fines de semana se aloja en el hotel alguna pareja de Narón y las promociones de San Valentín funcionaron muy bien, la tónica general es que los hoteles se vacíen cuando llega el viernes. «La diferencia entre la ocupación durante la semana y el fin de semana es más grande que nunca. Esto se debe a que actualmente el 100% de nuestros clientes vienen por motivos de trabajo y durante el fin de semana, sin turistas, solo tenemos a aquellos que necesitan alojarse por mucho tiempo, que generalmente son extranjeros», explica José Antonio Cedena, director del Parador de Turismo. Ahora no hay peregrinos, ni parejas de escapada romántica, ni cenas de grupos o eventos que le den vida al establecimiento los sábados y domingos. «En esta época del año siempre hubo más ocupación de lunes a jueves que de viernes a domingo, pero no era una diferencia muy notable, mientras que ahora no tiene nada que ver, y pasamos de ocupaciones del 30% o 40% a días en los que apenas llegamos al 10%», anota el responsable del tres estrellas que mira al Arsenal desde los jardines de Herrera.
Además, la pandemia ha traído consigo una reducción de las reservas realizadas con mucha antelación, prevaleciendo las de última hora. En el Alda Suizo, por ejemplo, el porcentaje de viajeros que reservan con menos de tres días de antelación representa el 58,5% del total.
¿Y cuáles son las perspectivas para la Semana Santa? «Nosotros somos muy pesimistas, porque, aunque se permitiese viajar, el gran atractivo de Ferrol son sus procesiones, que están suspendidas, por lo que muchísima gente dejará de venir», vaticina José Antonio Cedena.
La recuperación, ¿en el segundo semestre del año?
Ya casi dando por perdida la campaña de Semana Santa, el sector vaticina que lo que queda del primer semestre del año seguirá siendo «inestable», aunque a partir de ese momento miran al futuro con confianza. «Nuestras esperanzas están puestas en el segundo semestre del año, con un verano en el que esperamos un notable incremento de reservas del cliente que viaja por ocio», advierte desde el Alda Suizo. José Antonio Cedena, director del Parador, también confía en que el sector recupere el ánimo en verano -«con buena ocupación, aunque sin eventos de ninguna clase»- y todavía se muestra más optimista de cara a la Navidad del 2021, que podría marcar el «inicio de cierta normalidad».
Mientras ese momento no llega, Gonzalo Jiménez, del Gran Hotel, confía en que las empresas e industrias de la zona reactiven proyectos paralizados por la pandemia, para dar impulso así a los viajes de trabajo, que son los que ahora dan de comer al sector.
El Almirante, el Real y el Valencia no se plantean aún la reapertura
Cerraron sus puertas en la segunda ola, y de momento, ni el Carrís Almirante ni el Valencia ni el Real se plantean la reapertura, aunque en sus planes está abrir en cuanto la situación sanitaria mejore y se reactiven las reservas. Eso sí, ninguno se atreve a fijar una fecha concreta en el calendario. «Abriremos en cuanto haya un mínimo de reservas que garantice que se pueden cubrir los costes», señala Aurora Costas, directora de Operaciones del grupo Carrís.