La hostelería de la zona toca fondo

ANA F. CUBA FERROL / LA VOZ

FERROL

Terraza del restaurante De Manuel, en Ferrol, que también ofrece comida para llevar
Terraza del restaurante De Manuel, en Ferrol, que también ofrece comida para llevar CESAR TOIMIL

Muchos locales han cerrado tras las últimas restricciones y otros tratan de subsistir con la comida para llevar. Sin ayudas, dicen, «es un desastre»

22 ene 2021 . Actualizado a las 05:00 h.

El cierre perimetral individual de 15 de los 20 concellos de Ferrolterra, Eume y Ortegal y las restricciones que implica para la hostelería -consumo únicamente en terrazas exteriores y al 50 % de capacidad- han dejado al sector bajo mínimos. Bares y restaurantes de la comarca han tocado fondo. Muchos han decidido cerrar hasta que la situación sanitaria mejore y les autoricen a trabajar en el interior, y otros tratan de subsistir con la venta de comida para llevar o el servicio en la terraza, condicionado por el espacio y la meteorología. Los negocios con personal han vuelto a recurrir a los expedientes de regulación temporal de empleo (ERTE).

Los clientes de De Manuel, en Ferrol, consumen en la terraza, donde van rotando la media docena de mesas disponibles, o recogen la comida en el local. «Afortunadamente, con la gente que trabaja en el puerto vamos trabajando, poquito a poco», comenta el dueño, Manuel Fandiño, que atiende el local con su mujer y la mitad de la plantilla habitual. «Ahora ya no hay fin de semana, la ocupación es tan baja que ni se nota. Pero bueno, con algo vives, sin nada no», resume.

De los tres restaurantes 3Pés que regenta Carlos Rodríguez en Narón, solo tiene abierto el de la Estrada de Castela, y únicamente de 20.00 a 22.00 horas. «Estamos arrancando con la comida para llevar, hay que acostumbrar a la gente a otros hábitos», indica. Reconoce que «no te da para pagar los gastos, lo haces más por tener allí a una persona que vigila el estado de las cámaras y para dar salida a la mercancía, porque se compró mucho para Navidad que no salió, y ese es otro problema de los cambios», señala. «Esto es una tristeza, un desastre -recalca-, sin ayuda de la Administración. Sí agradecemos el apoyo de las distribuidoras».

En la cantina Río Covés, en Pontedeume, han creado una nueva marca, La Montañesa, «pensada para la gente joven, con pizzas o hamburguesas, a precios módicos y con productos de calidad», con el fin de seguir trabajando, como explica Inmaculada Sánchez. Al restaurante Leira Antiga, de Cedeira, acuden operarios para llevarse el menú, a mediodía y por la noche. También reparten a domicilio, igual que Casa Rodrigo, en San Claudio (Ortigueira). «Vienen trabajadores a tomar el menú fuera y llevamos pizzas y otros platos a casa... No sé si merece la pena, porque tienes unos gastos fijos altos, pero hay que tener abierto para prestar un servicio. Por la zona casi todo está cerrado», explica el propietario, David Doce.

En La Goleta, en O Barqueiro, aguantaron con tres empleadas hasta esta semana, pero el cierre perimetral, que limita la movilidad desde otros concellos, y la imposibilidad de atender a la gente en el interior les ha obligado a recurrir al ERTE. «Era insostenible», asegura Ana Domínguez, responsable del negocio junto a su marido, Ramón Real. Preparan pizzas y el resto de platos de la carta para recoger, de viernes a domingo. «Hay que tomárselo con paciencia y, sobre todo, hay que concienciarse del problema que tenemos», recalca.

«A cousa está fastidiada», corroboran en El Gitano (Valdoviño). Con la terraza inservible, al estar cerrada, han tenido que prescindir de las cuatro trabajadoras y se arreglan «cos da casa». «Temos encargos de obreiros de fóra que traballan por aquí. Os veciños poden pedir algo a fin de semana, pero con iso non vivimos. Polo menos mentres se podían mover de Cedeira e por aí había algo máis de actividade», apuntan. La imposibilidad de desplazarse a otros ayuntamientos ha provocado el cierre temporal del restaurante Marea, en Cariño. El cocinero Christian Santiago, que había trabajado con Marcelo Tejedor o Iván Domínguez, inauguró el local a mediados de 2019. «Al ser un pueblo tan pequeño, solo con la comida para llevar no nos compensa. Es mejor cerrar y los cuatro de plantilla en ERTE, al menos así nos cubre un poco las pérdidas».

Carolina Rey sigue preparando pizzas y otros platos para llevar o degustar en la terraza trasera del café bar El Cruce, en Castro (Narón), ya sin la empleada. «Entre que enero es un mes malo y que hay muchos casos y mucha gente confinada... Para gastos da, pero hasta ahí». Muchos han optado por bajar la persiana hasta que el temporal remita.