Un año de solidaridad infinita y aplausos de agradecimiento

FERROL

JOSE PARDO

Los sanitarios, los bomberos, la policía y Protección Civil siguen jugando papeles fundamentales en la pandemia

31 dic 2020 . Actualizado a las 17:52 h.

La pandemia del covid-19 nos situó ante lo peor de un virus desconocido, pero también sacó a la luz lo mejor de las personas. Al cierre de este año que deja tras de sí muchas desgracias, tanto personales como económicas, es bueno recordar también los momentos más emotivos, generados por los comportamientos humanos. Parece que aún resuenan aquellos calurosos aplausos de las ocho de la tarde desde las ventanas durante el período del confinamiento, para agradecer el esfuerzo que estaban, y siguen, realizando el personal sanitario, pero también los trabajadores de los servicios básicos, como empleados de los supermercados y tiendas, los repartidores y muchos otros profesionales que hicieron más llevadero el encierro.

Los bomberos y los policías también desempeñaron papeles de gran relevancia para tratar de frenar la propagación del virus. Los primeros desinfectando a diario los edificios más sensibles y las zonas de mayor afluencia de público y los segundos controlando que la situación no se desbordase, con controles para garantizar los cierres perimetrales y las medidas anticovid en la hostelería. Y todos ellos, también, aportando cariño, desde la calle, con sus quedadas de las ocho de la tarde, para transmitir ánimos ante los hospitales y las residencias de mayores.

La labor desempeñada por los voluntarios de las distintas agrupaciones de Protección Civil en los municipios de la comarca fue un apoyo fundamental para muchas personas que viven solas o estaban enfermas. En Ferrol se acaba de presentar el balance del año, en el que destacan los 520 servicios de índole social que prestaron a lo largo de la pandemia. La mayor parte de ellos corresponde al apoyo a personas que no podían salir de casa y, durante el confinamiento, les pusieron en la puerta la compra de alimentación y los productos farmacéuticos que necesitaban. Además, a través de la campaña Achegando Sorrisos, facilitaron la comunicación por videoconferencia de personas mayores sin los recursos necesarios con sus familiares. Y también colaboraron con la Cocina Económica en el reparto de los menús a los usuarios en una carpa instalada en la plaza de España.

JOSE PARDO

Los voluntarios de Protección Civil de Narón, al igual que los de otros municipios de la comarca, también trabajaron arreo en el reparto de alimentos y medicinas, mascarillas e incluso las tareas escolares a familias que no disponen de Internet, además de bajarles la bolsa de basura al contenedor a quienes no podían hacerlo. Pero, a mayores, junto con el personal del Speis y otros trabajadores del Concello de Narón, promovieron una gran ola de solidaridad en este municipio, gestionando el Centro de Recursos Solidarios, del que salieron miles de cubrebocas realizados gratuitamente por un grupo de costureras, además de cajas y cajas de comida para familias de escasos recursos.

Y ¿qué decir de la hostelería durante el confinamiento? Que todos los días llevaban a los sanitarios, la policía y los servicios de emergencias muestras de cariño y agradecimiento en forma de pizzas, cafés o bollería, en una ola solidaria en la que también se implicaron algunas empresas.

El Banco de Alimentos Rías Altas, el refugio Pardo de Atín y la Cocina Económica también jugaron un papel fundamental.

Los más pequeños también se merecen un reconocimiento, por el ejemplo que han dado de saber adaptarse a la adversidad. Ahí están, día a día desde que comenzó el curso, resistiendo todas las horas de clase con las mascarillas puestas y las ventanas abiertas.