El 2020 ha sido un año de altibajos en el ánimo de la pareja ferrolana formada por Alba Ocampo y Fran Pita. «¡De locura total!», exclama Alba, que todavía no se cree que ya tenga un fecha definitiva para su enlace. «La pandemia nos obligó a variar nuestros planes de boda, y tras varios cambios de fecha en pocos meses, al final nos casaremos el 4 de diciembre del 2021. Y no va a ser una boda igual que la que planeamos originalmente... ¡Va a ser mucho mejor!», dice ilusionada.
Pero para contar bien esta historia hay que remontarse al 2019, cuando Alba y Fran decidieron casarse por la iglesia, acompañados de sus dos hijos -Noa y Martín, de 9 y 4 años, respectivamente- tras haber sellado su unión por lo civil en el año 2015. Lo tenían ya todo listo para pasar por el altar de la iglesia del Socorro y celebrar el convite en Illas Gabeiras el 2 de mayo del 2020, pero el coronavirus apareció en escena y chafó todos sus planes. Alba y Fran ya habían celebrado sus respectivas despedidas con los amigos -él, en Malta, y ella, en Mallorca-, los convidados tenían las invitaciones, el restaurante estaba reservado... Pero de un día para otro todo se les vino bajo. «No quedó más remedio que anular», cuenta Alba, que se pasó el 2 de mayo confinada y llorando como una Magdalena. «Fue triste, pero también bonito, porque mis amigas me mandaron a casa un ramo de novia y muchos de nuestros amigos se vistieron de boda y nos llamaron por videoconferencia ese día», comenta emocionada.
Sin saber cuánto duraría el confinamiento, Alba y Fran aplazaron la boda para el 21 de agosto, pero cuando se acercaba la fecha decidieron volver a posponerla, pues la situación obligaba a reducir el número de invitados. «Yo tenía una lista de 130 personas, y no quería dejar a nadie fuera», explica Alba.
La siguiente fecha elegida fue el 1 de mayo del 2021, pero, con la amenaza de una tercera ola después de la Navidad, hace pocos días la pareja optó por aplazar la boda de nuevo. «Pensamos en pasarla a octubre o noviembre, porque seguramente para entonces la situación ya esté mucho mejor y hasta puede que no haya que utilizar mascarilla, pero resulta que cuando llamé a Illas Gabeiras ya estaba todo lleno. Me dieron entonces la posibilidad de hacerla el 4 de diciembre, y aunque al principio no era la época que yo quería, ahora estoy muy ilusionada. Será una boda especial, muy navideña, y como cuadra con el puente de la Constitución, los amigos de fuera podrán venir sin problemas y quedarse unos días por aquí».