A la caza de cobertura en más de 4.000 núcleos de los 93 municipios de A Coruña

Manuel Arroyo Alves
MANUEL ARROYO FERROL / LA VOZ

FERROL

PATRICIA REY

El talón de Aquiles de las zonas rurales en telecomunicaciones se encomienda a la tecnología sin cables para dar conectividad

09 nov 2020 . Actualizado a las 10:24 h.

Las casas en un entorno rural, a veces aislado, son, en tiempos de pandemia, un caramelo inmobiliario. Pero ese ostracismo lleva su propia piedra en el zapato: la conectividad. Los vecinos de esos lugares o aquellos que buscan una residencia con los servicios -básicos- para realizar su labor profesional en remoto o bien para mantener plenamente operativos sus dispositivos habituales, a menudo se encuentran con un muro bien grueso. No hay cobertura. La fibra no llega y tampoco se le espera. De Internet de las cosas, ni hablar. No al menos con un servicio estable y de garantías. Ocurre en cientos de núcleos de la provincia. Son los que se ubican en las denominadas «zonas blancas», aquellas en las que no existe cobertura de por lo menos 30 megabits por segundo (Mbps) y en las que los operadores tampoco prevén llegar. Pero es en estas zonas donde las administraciones públicas pueden incentivar el desembarco de operadores a través de convocatorias públicas de subvenciones, y donde pequeñas empresas del sector también ofrecen sus servicios para mejorar la conexión.

Al viento del 4G

De acuerdo con los datos facilitados por la Axencia para a Modernización Tecnolóxica de Galicia (Amtega), dependiente de la Xunta, «los planes del Estado, que es el que ostenta las competencias en la materia, y, de modo complementario, el Plan de Banda Larga 2020, tienen en marcha acciones en un total de 4.034 núcleos de los 93 municipios de la provincia de A Coruña». De estos, más de 4.000 núcleos -el 93 %- los cubre el plan del Estado y el 7 % restante, el autonómico. Según las fuentes consultadas, con estas actuaciones se «garantiza» que «285.000 vecinos de las zonas de la provincia sin acceso a fibra podrán conectarse a redes ultrarrápidas en el 2021».

Actualmente, la solución para buena parte de estos usuarios es la tecnología 4G, mediante routers inalámbricos con tarjeta, aunque el vaivén en las rayas de cobertura está al orden del día en zonas de montaña o las más alejadas de los repetidores.

Contabilizando todas las tecnologías fijas y sin hilos (4G), en la provincia más del 99 % de la población tiene a su disposición cobertura de Internet, según el último informe del Ministerio de Asuntos Económicos y Transformación Digital, y con una penetración de la telefonía móvil de 84,4 por cada 100 habitantes, tal y como se desprende del estudio del Observatorio Nacional de las Telecomunicaciones (Ontsi), vinculado al mismo ministerio.

Redes ultrarrápidas

Una vez completados los despliegues tecnológicos que actualmente están en marcha, esto es, el año que viene, la estimación es que más del 91 % de los habitantes de la provincia de A Coruña -más de 1.022.000 vecinos- tenga acceso a «redes ultrarrápidas», según la Amtega. No obstante, el porcentaje podría ampliarse al haber nuevas convocatorias de ámbito estatal pendientes de adjudicación.

5G, la tecnología que permitirá las mismas prestaciones que la fibra

La quinta generación de tecnologías inalámbricas debería situar en el mismo plano a los entornos rurales y a los urbanos

M. A.

La quinta generación de tecnologías inalámbricas, el 5G, es el maná que debería poner en el mismo plano a los entornos rurales y a los urbanos en cuanto a las telecomunicaciones. Aunque hay voces que cuestionan su eficacia en lugares apartados y el impacto de estas redes en la salud -la OMS de momento descarta este extremo-, lo cierto es que el nuevo estándar traerá un mundo hiperconectado, con una velocidad muchísimo más rápida.

Según explica la Amtega, el 5G permitirá las mismas prestaciones que la fibra y, por tanto, «es una tecnología clave para mejorar la conectividad en un territorio como el nuestro, caracterizado por la dispersión y la complejidad orográfica».

Pero ¿cuándo llegará? Por un lado están los despliegues de los operadores y por otro el pilotaje de servicios avanzados, que tiene como base esta tecnología. Galicia fue la primera comunidad que aprobó un plan para facilitar la extensión del 5G. Así, en el 2018 se activaron las primeras líneas de actuación, como la creación del Nodo 5G con la adhesión de los operadores Telefónica, Vodafone y Orange para desarrollar los primeros casos de uso basados en esta tecnología, y el lanzamiento del primer curso universitario de Especialista en 5G, así como un laboratorio de pruebas para el ecosistema digital gallego. Por tanto, el 5G ya está aquí, aunque solo implementado en una pequeña parte del territorio. En Galicia se desarrollan más de 30 programas de 5G repartidos en las siete grandes ciudades en ámbitos de especial interés para la autonomía como la sanidad, la lucha contra los incendios, la industria, el vehículo conectado, el turismo o la educación y cuenta con una inversión de 22 millones de euros.

Galicia fue la única comunidad con candidaturas de los tres principales operadores a las ayudas de Red.es para el desarrollo de pilotos y el territorio escogido para la primera conexión 5G roaming a nivel mundial, mientras A Coruña y Vigo estuvieron entre las urbes pioneras en contar con redes 5G a nivel estatal.

Europa establece un mínimo de 30 Mbps por conexión

Los objetivos para 2025 pasan por una conectividad de muy alta velocidad para centro sanitarios o educativos

M. A.

Los objetivos de conectividad establecidos en la Agenda Digital para Europa 2020 fijaban una garantía mínima de cobertura de banda larga de 30 Mbps para la totalidad de la población e impulsar la contratación en los hogares de servicios de banda larga por encima de los 100Mbps. La ambiciosa y aún inalcanzada empresa establece nuevos objetivos complementarios de cara al 2025, y que pasan por una conectividad de muy alta velocidad (1 Gbps) para motores socioeconómicos como hospitales y centros médicos o centros de educación e investigación, con cobertura 5G para todas las ciudades y grandes vías de transporte terrestre y que todos los hogares europeos puedan acceder a una conexión a Internet con una velocidad mínima de 100 Mbps, ampliable a 1 Gbps.

Además de estas acciones estatales, la Xunta trabaja en la implantación de fibra óptica en núcleos de menos de 300 habitantes.

Juan Carballo, Wololot (As Pontes): «Hay ventas de casas que dependen de nosotros»

Esta empresa aporta soluciones a las líneas deficientes del rural

M. A.

Empresas como la de Juan Carballo (As Pontes, 1984) dan servicio de Internet en el rural. Wololot Comunicacións aporta soluciones a las líneas deficientes. «En Galicia somos unos 20 operadores pequeños, que estamos haciendo el trabajo sucio», dice.

-¿Qué capacidad mínima es actualmente necesaria?

-Ofertamos en zonas 12 o 24 megas o incluso 50 para empresas, que ya es una conexión decente. Con 12 megas pueden arreglarse dos personas teletrabajando y un niño en videoconferencia con el cole. Se arreglarían. Aunque el plan de banda ancha fija un mínimo de 30 megas.

-¿El 4G es la solución más frecuente para el rural?

-No. Lo sencillo sería enviar el router a casa y a funcionar. Pero el 4G todavía está limitado y es compartido con la red de telefonía móvil. Lo damos como última solución. Nosotros garantizamos un servicio estable y de calidad con nuestros radioenlaces.

-¿Y el 5G?

-En enero comenzaremos a trabajar con el 5G. Las conexiones pueden ir a mejor, pero nunca va a sustituir a la fibra.

-¿Influye la conectividad en el mercado inmobiliario?

-Mucho. Ventas de casas dependen de nosotros. El comprador quiere garantías de que va a tener un mínimo de megas.

Teresa Carbajo, en Mañón: «Hemos llegado a estar día y medio sin señal»

Esta madrileña depende de una conexión 4G para trabajar desde su casa de Mañón, donde reside desde hace una década

M. A.

Teresa Carbajo (Madrid, 1976) depende de una conexión 4G para trabajar desde su domicilio en Mañón, donde reside desde hace una década. «A medio camino de mi casa, por Couzadoiro, ya no hay cobertura». Y así se las apaña.

-¿Siempre tiene señal?

-Dependiendo del día o de la hora, la capacidad varía. Incluso según qué día de la semana sea. Y el viento que haga. Hemos llegado a estar un día y medio sin señal o con una inestable. La compañía te lo vende como un caudal fijo de datos, pero eso nunca sucede, porque tiene una capacidad limitada, a repartir entre todas las personas que estén conectadas en un momento.

-¿Llegó a perder algún trabajo por las deficiencias?

-Nunca se dio un caso extremo. Pero sí la comunicación con los clientes puede retrasarse varias horas. Si aludes a problemas técnicos, la otra persona, de buena fe, se lo puede creer, pero en definitiva lo has tenido esperando.

-¿Paga más por peor servicio?

-Obviamente, sí. Y estás mejor atendido en una ciudad, con mayor servicio y rapidez, menos fallos...

-¿Es suficiente la capacidad de conectividad actual en su zona?

-El problema no es el 4G, es el número de señales. Si la tarta tiene diez trozos y somos veinte a comer, no llega. La velocidad es suficiente, pero la capacidad no.