El mercadillo de Recimil estrenó el límite del 50 % de los puestos sin agotar el aforo

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CESAR TOIMIL

Solo 40 ambulantes se instalaron ayer en las calles del barrio, donde se permitía la entrada de hasta 76 vendedores

27 oct 2020 . Actualizado a las 05:00 h.

El mercadillo de Recimil se celebró ayer a medio gas, pero con normalidad. En el primer día de aplicación de las últimas restricciones de la Xunta, que limitaban a un máximo del 50 % del total de autorizaciones el número de puestos que podían instalarse, ninguno de los que acudieron quedó excluido. Una patrulla de la Policía Local fue la encargada de controlar el acceso a las calles en las que se celebran, ya que los huecos se asignaron por orden de llegada.

El límite era de 76 vendedores, pero las malas condiciones meteorológicas hicieron desistir a muchos y solo se presentaron 40. Pese a ello, hubo quejas entre algunos de los ambulantes por este sistema. Alegan que algunos vienen desde lejos y que no se pueden exponer a hacer el viaje, y asumir ese gasto, en balde, y reclamaban poder conocer previamente, a través de un mensaje o correo, como es habitual en otras localidades, si tendrían sitio para instalarse.

Por orden de llegada

Desde el gobierno local se explicó que esa fórmula se adoptó en consenso con el colectivo de vendedores, y que se analizaron otras opciones como la de repartirse según días pares o impares, pero que fue la propia Asociación de Vendedores la que optó por que se aplicase el orden de llegada.

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Medidas para atajar la conflictividad en el barrio

Por otra parte, en la Junta Local de Seguridad celebrada ayer, se abordó la situación de conflictividad del barrio. A ella acudió la Subdelegada del Gobierno en Galicia, Pilar López-Rioboo, que admitió que «los problemas son muchos» pero que se trabaja para que Recimil pueda volver ser «un barrio digno y habitable con seguridad». En el encuentro, señaló la responsable estatal, la Policía Nacional trasladó el compromiso de tener una mayor presencia en el barrio. Por su parte, el alcalde, Ángel Mato, advirtió de que las soluciones no llegarán a corto plazo, y abogó por emprender un plan asentado en tres patas: la regeneración urbana de las viviendas, el análisis con los grupos políticos de la gestión de las viviendas desocupadas, así como hacer un nuevo estudio para conocer el estado actual de ocupación de cada piso, y reforzar el control policial.