La asociación pide al Concello un plan de emergencia de los bloques más afectados y con peligro de derrumbe
26 mar 2022 . Actualizado a las 13:52 h.La inseguridad en la calle no es la única contra la que tienen que luchar los vecinos de Recimil. Una gran parte del millar de pisos que componen este barrio de titularidad municipal presentan problemas estructurales que amenazan su seguridad. Junto a los problemas de convivencia derivados de la ocupación ilegal, el estado de los pisos es el principal motivo de queja de los residentes.
Salen a relucir en cualquier conversación en la calle: «Se ha caído el techo del baño y ahora está todo al aire, con la aluminosis y todo», lamenta una vecina de la calle Valdoviño. «Y a ver si viene la cuadrilla», dejaba en el aire en referencia a los operarios municipales que se encargan de las pequeñas reparaciones, a los que no les falta trabajo. Mientras ella emitía esta queja, se encontraban varias calles abajo, tapiando pisos para evitar su ocupación.
A otra mujer de avanzada edad, que vive en la calle Cedeira, le preocupa que la escalera se le venga encima en cualquier momento. En su portal pueden apreciarse los motivos de su temor. La mayor parte del alicatado que recubría la parte inferior se ha desprendido. Y el que queda, está visiblemente despegado y sostenido frágilmente.
Su ausencia ha dejado al aire el esqueleto metálico de la escalera y el hormigón. Y por ella suben a diario los vecinos de un portal en el que hay ocho viviendas, aunque cinco se encuentran tapiadas para evitar su allanamiento. «Ya se lo dije al alcalde un día que vino por aquí, pero nada», lamenta.
Arreglos en el exterior
«¿De qué sirve que arreglen las casas por fuera si por dentro están que se caen?», se pregunta otro vecino al pasar ante el bloque recién rehabilitado exteriormente en la calle Narón. Y esa, por el momento, es la única inversión que, por el momento, tiene en cartera el gobierno local.
El alcalde, Ángel Mato, defendió que «en el barrio, hoy se están haciendo obras con mucha mayor intensidad de lo que se venía haciendo anteriormente. La perspectiva para los próximos meses es un proyecto Edusi donde se ha contemplado una importante cuantía económica para este tipo de obras y se seguirán desarrollando, porque ya era lo que estaba previsto». Es decir, extender la renovación de las envolventes -fachadas y cubiertas- a nuevos bloques.
Mientras, desprendimientos, goteras, humedades y hundimientos son los problemas que más sufre el vecindario. La asociación de vecinos pide el cumplimiento de la moción aprobada en febrero de este año y que en uno de sus puntos recogía la «millora das estruturas internas dos edificios, comezando por un plan de emerxencia dos bloques máis deteriorados e con perigo de derrubo».
Sin embargo, y a preguntas del BNG en una comisión de Urbanismo de noviembre del pasado año, el concejal Julián Reina trasladaba, según el acta, la intención de «sacar por paquetes ou grupos de intervencións, en lugar de unha a unha» la mejora interior de las viviendas. Algo que, añadió, «servirá para evitar as intervencións de carácter correctivo urxentes», aunque lo posponía hasta después de la contratación de las envolventes de las calles Ares y Betanzos, actualmente en ejecución.